Oleg Ostapenko reemplazará en su cargo a Vladímir Popovkin, quien estuvo al frente de la agencia espacial rusa desde abril del 2011.
El Gobierno ruso destituyó hoy a Vladímir Popovkin, director de la agencia espacial Roscosmos, y nombró en su lugar a Oleg Ostapenko, que ejercía hasta ahora el cargo de viceministro de Defensa.
"Espero que con su llegada se superen los problemas que se detectaron últimamente en las actividades de Roscosmos", dijo Dmitri Medvédev, el primer ministro ruso, al reunirse con Ostapenko, según las agencias locales.
Ostapenko, de 56 años, asumió la dirección de Roscosmos horas después de ser relevado como viceministro de Defensa por el presidente, Vladímir Putin, tras menos de un año en el cargo.
Hasta el último momento, Roscosmos desmintió los rumores de que Popovkin, jefe de la agencia espacial rusa desde abril de 2011, fuera a ser destituido.
Popovkin llegó al cargo después de una serie de fallos de cohetes y satélites rusos, pero con su llegada los accidentes no cesaron, ya que un carguero Progress sufrió su primer accidente en 30 años, a lo que se sumó el sonoro fracaso en el lanzamiento de la sonda marciana Fobos-Grunt.
Medvédev explicó que en estos momentos tiene lugar la modernización del sistema de gestión de Roscosmos y que su nuevo director tendrá que presentar "una nueva ideología de desarrollo" del programa especial ruso.
En particular, recordó a Ostapenko, antiguo comandante en jefe de las Fuerzas Espaciales, que Roscosmos debe adaptar sus planes de exploración espacial a las limitaciones del presupuesto estatal.
Medvédev había amenazado en varias ocasiones a Roscosmos con purgas debido a los continuos fallos en los lanzamientos y puesta en órbita de naves y satélites, que supusieron unas pérdidas de miles de millones de rublos al Estado ruso.
Los fallos sufridos en los últimos años por la industria espacial rusa, sector muy lastrado por la fuga de cerebros y la obsolescencia de los equipos, coincidieron con la retirada de los transbordadores estadounidenses.
En estos momentos, las naves rusas son prácticamente el único eslabón para el transporte de cosmonautas y carga vital entre la Tierra y la Estación Espacial Internacional.
EFE
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