La Agencia Espacial Estadounidense (NASA) no descansa en sus intentos por mejorar la navegación aérea, y parte de sus objetivos es permitir que los vuelos supersónicos vuelvan a operar tras el último vuelo del Concorde en noviembre del 2003, lo que provocó el fin de este programa de vuelos comerciales a gran velocidad.
En este caso, NASA está desarrollando un proyecto bajo la nomenclatura X-59 Quiet Supersonic Technology, o QueSST, que intenta resolver el dilema del estampido sónico y reducir el estallido al romper la barrera del sonido.
Este X-59 de tecnología silenciosa es usado por la NASA como instrumento para recopilar datos que ayudarán a los reguladores aéreos a establecer un estándar de ruido en vuelos comerciales, en caso este sistema vuelva a surcar los aires.
Explosión en vuelos supersónicos
Este fenómeno de la explosión ocurre cuando un vehículo traspasa la velocidad del sonido, unos 1200 kilómetros por hora. Debido a que este estallido puede escucharse a gran distancia, los vuelos supersónicos del Concorde tuvieron que cesar.
El proyecto X-59, presentado en 2016, plantea un jet de investigación diseñado pata reducir el volumen de ese estampido sónico, y plantean una diferencia comparada al de la puerta de un auto al cerrarse frente al de un trueno que derriba una casa, la referencia al actual sonido que emiten los aviones al superar la barrera del sonido.
Con este prototipo de NASA se han desarrollado las primeras pruebas en tierra, en las que se pudo medir el estrés de la nave frente a las cargas y tensiones del vuelo supersónico.
La aeronave tendrá un largo de unos 30 metros y podrá alcanzar velocidades hasta 1,4 veces superiores a la del sonido. Este nuevo hito permitirá que vuelos entre Buenos Aires y México, que suelen durar casi 10 horas, puedan realizarse en menos de cuatro horas y media.
Vuelos supersónicos sin ruido en 2022
Debido a la pandemia y otros factores, el proyecto retrasó el inicio de pruebas aéreas para este 2022, tres años después de lo estimado inicialmente. Los sobrevuelos sobre zonas pobladas podrían darse en un par de años.
El objetivo de estas pruebas sobre ciudades y pueblos es determinar el impacto del estallido al romper la barrera del sonido, y establecer un volumen promedio de 75 decibeles. De darse el nuevo cronograma, en 2028 NASA y Lockheed Martin – socio colaborador en el proyecto – deben recibir una respuesta de reguladores para iniciar la construcción de aeronaves, si es que logran la aprobación.
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