Un cóctel de la pandemia y guerra comercial está generando problemas. La rápida distribución de la vacuna contra la COVID-19 y la apertura de más fábricas son la solución, indican analistas.
Los precios de la PlayStation 5 y de los iPhone 12 pueden aumentar este año debido a una falta de microprocesadores provocada por un cóctel explosivo: un boom de la demanda y unas cadenas de producción muy castigadas por la pandemia y por las guerras comerciales, advierten los expertos.
Durante el confinamiento debido a la pandemia de la COVID-19, los consumidores corrieron hacia computadoras, tabletas o consolas de juegos, que funcionan con microchips.
Al mismo tiempo, el gigante tecnológico Huawei, que vio empeorar la guerra comercial entre China y Estados Unidos, hizo almacenamiento de éstos el año pasado, aumentando la presión sobre la oferta.
Estas tensiones en el mercado fueron evidentes cuando los fabricantes de automóviles intentaron adquirir más microprocesadores y se dieron cuenta de que los fabricantes daban prioridad a la electrónica de consumo.
El automóvil es hasta ahora la víctima más visible de la falta de semiconductores, con gigantes como Ford y Volkswagen obligados a reducir su producción.
Se siente en la electrónica de consumo
Las entregas de algunos modelos de iPhone 12 han sido limitadas por falta de componentes, según la agencia Bloomberg.
Un déficit de algunos microchips fue invocado para explicar las dificultades de conseguir la nueva PlayStation 5 de Sony y la última consola Xbox Series X de Microsoft.
Varios fabricantes de semiconductores, como el gigante estadounidense Qualcomm y su competidor AMD, advierten de una crisis creciente. La cadena de suministro de microchips es compleja.
Los gigantes estadounidenses, que suministran a los fabricantes de electrónica de consumo, diseñan los componentes, pero en su mayoría no los fabrican. Son subcontratistas asiáticos, como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) o el surcoreano Samsung, que gestionan la mayoría de las cadenas de producción.
El 5G también juega su papel
Los fabricantes también tienen dificultades para responder a la demanda de diferentes sectores, ya que un cambio en el modo de producción puede llevarles meses.
Taiwán, que alberga algunas de las fundiciones de microprocesadores más modernas, se vio presionado por los fabricantes de automóviles y los gobiernos. La isla se comprometió el mes pasado en reforzar su producción de semiconductores para los fabricantes, mientras que TSMC aseguró que el automóvil era "su máxima prioridad", destacando, no obstante, que sus fábricas ya funcionaban a pleno rendimiento.
El lanzamiento de las redes 5G agravó aún más la situación, con una gran necesidad de microchips para una nueva generación de móviles, infraestructura inalámbrica y otros equipos, subraya GlobalFoundries, un fabricante de semiconductores con sede en Estados Unidos y fábricas en Singapur.
Washington, que acusa a Huawei -sin haber publicado pruebas-, de haber robado secretos comerciales estadounidenses, bloquea el suministro del gigante chino de microprocesadores diseñados a base de tecnología de EE.UU..
La falta de semiconductores podría retrasar la producción de casi un millón de vehículos en el primer trimestre de este año, según IHS Markit. Sin embargo, los analistas consideran que todavía es demasiado pronto para medir el impacto en otros sectores.
Se espera que el déficit disminuya en el curso del año gracias a las campañas de vacunación que permitirán a las fábricas volver a un régimen de producción normal y también se espera que se pongan en marcha nuevas fábricas.
AFP
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