Según las investigaciones realizadas en estos restos, el satélite podría haber tenido un núcleo ígneo como el de la Tierra.
La Luna podría haber tenido un núcleo ígneo como el de la Tierra -causado por metales líquidos- durante más tiempo del que se había pensado, según un estudio publicado hoy de una roca lunar traída por los astronautas del Apolo 11.
El descubrimiento de la magnetización que ha quedado en las muestras de rocas tomadas por las misiones lunares Apolo y por las observaciones de corteza lunar ha hecho pensar desde hace tiempo que la Luna tuvo un núcleo metálico y un campo magnético de dinamo.
El efecto dinamo consiste en la generación espontánea de un campo magnético en un fluido conductor eléctricamente neutro con el movimiento de rotación.
Por ejemplo, en el caso de la Tierra se cree que ese campo magnético está causado por el movimiento de convección del hierro y níquel fundidos el interior de su núcleo.
En el número de esta semana de la revista Science, Erin Shea, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), y su equipo revelan que un basalto lunar traído de vuelta por el Apolo 11 registra evidencia de un fuerte dinamo en la Luna hace 3.700 millones de años.
Desde hace tiempo de la comunidad científica ha sospechado que la Luna tuviera alguna vez un campo magnético de dinamo nuclear.
Este estudio, combinado con otro previo de una roca lunar distinta, sugiere que tuvo un dinamo en el núcleo de nuestro satélite entre 4.200 y 3.700 millones de años, con lo que amplía en 500 millones de años el periodo en el que se cree que existió el dinamo lunar.
El campo magnético de la Luna también habría sido mucho más fuerte durante ese tiempo.
Estos hallazgos abren un nuevo interrogante al considerar que el enfriamiento del interior de la Luna probablemente no fue el principal impulsor del dinamo, como sugiere la teoría actual.
Los investigadores necesitarán encontrar fuentes alternativas que podrían haber generado un dinamo tan longevo.
EFE
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