Los científicos informaron que las observaciones del Kepler permitirán conocer si existen estrellas con planetas que pudieran albergar vida.
El telescopio espacial Kepler, de la NASA, descubrió sus cinco primeros exoplanetas, cuerpos similares a la Tierra que circundan estrellas de otras galaxias, informó hoy el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL).
Los descubrimientos del Kepler fueron confirmados por los observatorios astronómicos de las españolas Islas Canarias, de Hawai, California, Texas y Arizona, añadió el JPL en un comunicado.
La existencia de los exoplanetas, identificados como Kepler 4b, 5b, 6b 7b y 8b, también fue anunciada durante una reunión de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos en Washington.
"Estas observaciones nos ayudan a comprender cómo se forman los sistemas planetarios y cómo evolucionan a partir de los discos de gases y polvo que dan origen a las estrellas y sus planetas", señaló William Borucki, del Centro Ames de Investigaciones de la NASA.
"Los descubrimientos también nos demuestran que nuestros instrumentos están funcionando bien y que el Kepler logrará sus objetivos científicos", añadió.
El telescopio espacial fue lanzado el 6 de marzo del año pasado para observar más de 150.000 estrellas y los planetas que les rodean.
El comunicado del JPL indicó que los exoplanetas han sido denominados "júpiteres candentes" debido a su gran masa y sus temperaturas extremas. En tamaño son similares a Neptuno y algunos de ellos más grandes que Júpiter.
Con órbitas de 3,3 a 4,9 días, la temperatura de los exoplanetas es de entre 1.200 y 1.650 grados centígrados, demasiado altas para albergar algún tipo de actividad biológica como la conocemos en la Tierra.
Según el director de la División de Astrofísica de la NASA en Washington, John Morse, el descubrimiento de esos planetas hace más factible la posibilidad de que en un futuro cercano se detecte la presencia de uno con las mismas características de la Tierra.
"Es sólo cuestión de tiempo para que las observaciones de Kepler nos lleven a planetas más pequeños con órbitas más prolongadas y que estén más cerca del primer análogo terrestre", indicó.
Una característica crucial de un planeta similar a la Tierra será la de que tenga una temperatura que permita la existencia de agua en forma líquida sobre su superficie.
El telescopio espacial detecta la presencia de exoplanetas a través de una medición del brillo de sus estrellas.
Cuando los planetas cruzan esas estrellas bloquean su haz de luz visto desde la Tierra o desde el Kepler. El análisis de esa información permite determinar sus tamaños así como sus temperaturas y los tiempos de sus órbitas.
"Las observaciones de Kepler nos dirán si existen estrellas con planetas que pudieran albergar vida. También nos dirán si, definitivamente, estamos solos en esta galaxia", indicó Borucki.
EFE
Los descubrimientos del Kepler fueron confirmados por los observatorios astronómicos de las españolas Islas Canarias, de Hawai, California, Texas y Arizona, añadió el JPL en un comunicado.
La existencia de los exoplanetas, identificados como Kepler 4b, 5b, 6b 7b y 8b, también fue anunciada durante una reunión de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos en Washington.
"Estas observaciones nos ayudan a comprender cómo se forman los sistemas planetarios y cómo evolucionan a partir de los discos de gases y polvo que dan origen a las estrellas y sus planetas", señaló William Borucki, del Centro Ames de Investigaciones de la NASA.
"Los descubrimientos también nos demuestran que nuestros instrumentos están funcionando bien y que el Kepler logrará sus objetivos científicos", añadió.
El telescopio espacial fue lanzado el 6 de marzo del año pasado para observar más de 150.000 estrellas y los planetas que les rodean.
El comunicado del JPL indicó que los exoplanetas han sido denominados "júpiteres candentes" debido a su gran masa y sus temperaturas extremas. En tamaño son similares a Neptuno y algunos de ellos más grandes que Júpiter.
Con órbitas de 3,3 a 4,9 días, la temperatura de los exoplanetas es de entre 1.200 y 1.650 grados centígrados, demasiado altas para albergar algún tipo de actividad biológica como la conocemos en la Tierra.
Según el director de la División de Astrofísica de la NASA en Washington, John Morse, el descubrimiento de esos planetas hace más factible la posibilidad de que en un futuro cercano se detecte la presencia de uno con las mismas características de la Tierra.
"Es sólo cuestión de tiempo para que las observaciones de Kepler nos lleven a planetas más pequeños con órbitas más prolongadas y que estén más cerca del primer análogo terrestre", indicó.
Una característica crucial de un planeta similar a la Tierra será la de que tenga una temperatura que permita la existencia de agua en forma líquida sobre su superficie.
El telescopio espacial detecta la presencia de exoplanetas a través de una medición del brillo de sus estrellas.
Cuando los planetas cruzan esas estrellas bloquean su haz de luz visto desde la Tierra o desde el Kepler. El análisis de esa información permite determinar sus tamaños así como sus temperaturas y los tiempos de sus órbitas.
"Las observaciones de Kepler nos dirán si existen estrellas con planetas que pudieran albergar vida. También nos dirán si, definitivamente, estamos solos en esta galaxia", indicó Borucki.
EFE
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