Andrew Currah, especialista en economía digital y futuro del Internet de la Universidad de Oxford, cree que los avances tecnológicos están modelando un nuevo consumidor.
Las últimas tecnologías de Internet están transformando los medios de comunicación en todo el mundo y dando lugar a un nuevo periodismo, más abierto a la audiencia, que se enfrenta al reto de satisfacer sus demandas sin perder rigor.
En el Reino Unido, las principales cadenas de radio y televisión, agencias de noticias y periódicos ofrecen una variedad de servicios, además de los tradicionales, con los que aspiran a llegar a un público cada vez más familiarizado con la web e interesado en contenidos interactivos.
Los que más han notado la revolución cibernética son los periódicos, algunos de los cuales -ante el dilema de adaptarse o morir, sobre todo en la actual crisis económica- han hecho inversiones millonarias en sus portales de Internet para poder ofrecer sus noticias las 24 horas y en formatos complementarios.
"The Guardian Media Group", editor de los periódicos "The Guardian" y "The Observer", es el grupo británico que más ha invertido en contenidos digitales y una redacción multimedia -se calcula que unos mil millones de libras entre el 2001 y el 2008-, con un galardonado portal que incluye vídeos, "podcasts" (archivos de sonidos), blogs y vídeo blogs, junto con otros servicios para la audiencia, que puede contribuir con opiniones y grabaciones audiovisuales.
Andrew Currah, académico de la universidad inglesa de Oxford especializado en la economía digital y el futuro de Internet, cree que los avances tecnológicos están modelando un nuevo consumidor de noticias "más acostumbrado a mirar que a leer", algo a lo que deben responder los medios -sobre todo escritos- si no quieren desaparecer, arrastrados también por la caída de la publicidad.
En su opinión, la revolución digital presenta grandes oportunidades para la prensa, como "audiencias millonarias" y la posibilidad de ofrecer "paquetes informativos atractivos y variados de forma rápida", pero también plantea peligros, como la sustitución del fin periodístico de búsqueda de la verdad por la mera producción de noticias que satisfagan a un público mayoritario y, por tanto, atraigan a los anunciantes.
Según dijo Currah a EFE, es especialmente preocupante la tendencia a medir la popularidad de las informaciones en Internet según el "clickstream" o flujo de visitas, con lo que se obtiene un dato objetivo que ofrecer a los clientes.
Currah alertó del riesgo de que, pensando en el interés comercial, las empresas presionen a los periodistas para generar noticias "que vendan" -por lo general, sensacionalistas-, al tiempo que limitan el tiempo y los recursos para dedicar a informaciones importantes pero que sin embargo se perciben como menos rentables.
"Acaba resultando más fácil y más barato elaborar material a partir de teletipos o comunicados de relaciones públicas que buscar, investigar y contrastar historias a través de una red internacional de reporteros", afirma el experto, quien advierte de que sólo podrán resistir la excesiva comercialización los medios no privados, como
Matt Wells, director de multimedia de ese periódico, reconoce que los avances tecnológicos de los últimos cinco años "han significado un cambio fundamental en el sector", especialmente para la prensa escrita, que ha sufrido el descalabro de su modelo económico.
Los periódicos -y sus proveedores, como las agencias- han cambiado la organización del trabajo para integrar los diferentes productos que ofrecen, y los periodistas se han visto obligados a adaptarse para producir para diferentes medios, sometidos a las demandas de la web.
"El reportero que llegaba a las 11 de la mañana, se leía los periódicos y después escribía una noticia para la hora del cierre ha muerto y no va a resucitar", aseguró a EFE Wells, quien subrayó que, lo fundamental para afrontar el cambio, es formar, motivar y recompensar adecuadamente a los profesionales.
Según Wells, tener en cuenta las demandas de la audiencia, sin perder el criterio propio, es positivo en cuanto permite desarrollar en profundidad temas que se sabe que interesan, como es el caso de la actual epidemia de gripe A.
El mayor contacto con el público facilita además exclusivas, a través del llamado "periodismo ciudadano", como ocurrió este abril cuando, tras las protestas contra el G20 en Londres, un lector del "Guardian" proporcionó al periódico imágenes que revelaron que un policía había agredido a un transeúnte que después murió.
Frente a la apuesta del periódico "por estar donde está la audiencia",
Nick Jones, antiguo corresponsal de la radiotelevisión reconvertido a bloguero, considera que
Pese a los avances, el nuevo periodismo que florece en Internet tiene aún muchos retos por delante -por ejemplo, protegerse de informaciones falsas y regularse para garantizar estándares mínimos de rigor-, y "no parece que pueda reemplazar el papel institucional de los periódicos tradicionales en las comunidades y como críticos de los Gobiernos nacionales y locales", apunta Currah.
El control y vigilancia del poder establecido, la memoria de los pueblos, el propósito de búsqueda de la verdad... son funciones que, a pesar de sus numerosas posibilidades, según Currah, "no está claro" que la web pueda cumplir.
EFE
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