El monte Everest ya cuenta con un punto de acceso con conectividad 5G , gracias a un proyecto desarrollado en conjunto entre Huawei y la operadora China Mobile.
“No hay montaña tan alta” seguramente será el soundtrack perfecto para los ingenieros que estuvieron en el proyecto. Un trabajo en conjunto entre Huawei y las operadoras chinas, representadas por China Mobile, han logrado un punto histórico en el despliegue de telecomunicaciones: habilitar cobertura de 5G al Monte Everest, el punto más alto del planeta y el pico más desafiante para los montañistas de todo el mundo.
Este ambicioso proyecto viene siendo perseguido por años, pues la conectividad en zonas remotas se ha coinvertido en el desafío de empresas de telecomunicaciones y constructoras. Este convenio firmado por Huawei y las operadoras chinas se despliega por toda la cadena de montañas del Himalaya, y ya operan desde el 19 de abril con una base colocada a 5,300 metros sobre el nivel del mar y tras el tendido de 25 kilómetros de cable óptico blindado para no afectar el entorno ecológico natural de la zona.
En total, esta aventura demanda la colocación de cinco antenas 5G NSA y SA (SA – o standalone -se refiere a la independencia del núcleo de red 4G y requiere una presencia más densa de antenas nuevas, mientras que la tecnología NSA se apoya aun en esa infraestructura) en diferentes puntos de la zona. El siguiente paso de esta cruzada será la activación de una base colocada a 6500 metros el próximo 25 de abril.
Cabe señalar que el Everest, cuyo pico se eleva hasta los 8,848 metro del atura, ya cuenta con conectividad MMS desde 2003, y que los registros del paso de la antorcha olímpica por este punto en 2008 se emitieron desde una red 2.5G, dos años antes de la implementación del 3G en la zona.
Para llevar a acabo esta tarea, se requieren 150 personas para la instalación de 8 toneladas de material a lo largo de esa difícil condición geográfica. Sin embargo, Huawei es conocida por su capacidad para desplegar conectividad a datos en situaciones difíciles. En 2018, durante una visita guiada a los laboratorios de R&D que Huawei tiene en Beijing, conversamos con un ingeniero de redes especializado en conectividad y que usaba entornos simulados con diferentes condiciones climáticas para observar el comportamiento de las redes en distintos escenarios: “Hemos probado 5G bajo tierra y no hemos tenido problema” fue una de las respuestas más sorprendentes que recibimos.
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