NIUSGEEK tiene a prueba al smartphone de gama media Nokia 5.3, con sistema de 4 cámaras y una versión pura de Android 10.
Si hay un corazón en cada geek, en él hay espacio para una marca: Nokia. Por décadas, la firma finlandesa representó la primera opción de compra en un catálogo menos intenso, pero su presencia se diluyó ante la poca capacidad de reacción ante las tendencias más claras: iOS y Android. Tras su turbulento paso por Microsoft, la compañía tomó un nuevo aire al abrazar Android como dogma, y hoy ya tenemos un nuevo equipo de gama media con carácter. NIUSGEEK pone a prueba al Nokia 5.3, uno de los más sólidos de la categoría.
Estas son las especificaciones del equipo:
Un diseño sólido y sin sobras
Pese a tener un acabado en plástico, este Nokia toma distancia de otros modelos por la sobriedad en construcción: nada de texturas, cámaras que sobresalen o bordes diferenciados en color. Aquí tenemos un balance bien establecido y un diseño cohesionado, que reduce las medidas del hardware a una situación cómoda.
En el caso de los botones tradicionales, añade un acceso directo al asistente de Google. Sin embargo, la sorpresa está en el botón de bloqueo: hay una luz de notificaciones ahí. Detallazo. Lo demás es complemento tradicional: puerto USB-C, ingreso de audífonos y la bandeja para SIM.
La espalda del Nokia 5.3 es curvada ligeramente, y muestra un arreglo circular de cámaras con el flash LED en medio de ellas, otro detalle armónico en el diseño. Bajo las cámaras ternemos el sensor de huellas y el orgulloso logo de la firma administrada por HMD.
La pantalla y el mundo en 720p
Quizás uno de los elementos que más duele reconocer es el panel que Nokia escogió para este equipo. Nos encontramos con una pantalla de 6,55 pulgadas que limita todo hasta 720p de resolución. Una lástima, porque se ve bastante bien. En ángulos de visión no tiene problemas, bajo el sol funciona dentro de lo esperado y a los toques responde de manera fluida.
En Netflix y YouTube vas a extrañar ese punch que el FullHD entrega. Incluso con wallpapers con vectores, vas a notar una cantidad de pixeles que le quitan encanto al concepto dele quipo. SI no te molesta el tema, pues todo bien.
Android 10 en estado puro
Para que te hagas una idea, solo hay una app instalada por Nokia en todo el dispositivo: My Phone. Nada más. Estamos ante una de las capas más limpias de Android después del Pixel. Ni Motorola llega a tanto minimalismo.
Esto permite que todo funcione más suave, que las animaciones no caigan y que, en conjunto, tengamos un terminal ligero y sin capas pesadas de personalización. Aún tenemos Android 10, pero al ser parte del programa Android One, podemos obtener en los próximos meses la actualización a Android 11.
Cuando tus cámaras no son Carl Zeiss
Así como Huawei trabaja de la mano con Leica para los lentes de su gama alta, Nokia hace lo mismo con Carl Zeiss. Los resultados, evidentemente, responden a esa colaboración. En este caso no la tenemos. Y es una pena, porque el equipo propone herramientas interesantes, pero falla ligeramente en la definición.
En sí, el trabajo de las cámaras para recibir información, y hasta tienen buen color. El asunto está en el detalle luego del proceso, y en ese punto notamos que hay competidores por encima.
De noche, el equipo no es capaz de destacar con nitidez los puntos que enfoca, y en el caso del macro sufre un poco con las distancias. En el caso del gran angular va bien, pero se despega demasiado del sensor principal en luminosidad y detalle.
La cámara selfie anda bien, y se esfuerza en complementar el modo retrato y las bondades del software. El video es consistente, pero no de gran calidad.
Un rendimiento que ya quisieran otros
El procesador Snapdragon 665 escogido para esta edición asemeja mucho en rendimiento al Pixel 3a – el 670 de 10 nanómetros -, y realmente se nota un dinamismo tremendo en el equipo cuando lo usamos. Es, por mucho, la experiencia más fluida en la gama media, solo superada en vehemencia por la misma Google.
Ojo que no hablo de los mejores componentes, sino de la optimización. Aquí vamos a ver que 64GB de almacenamiento quedan cortos, pero tenemos espacio para una microSD. Los 4GB de RAM que este equipo lleva no son la cifra más alta de la categoría, pero se portan mejor que teléfonos con credenciales similares. Optimización es el truco de Nokia en esta competencia.
He jugado Airline Commander sin miedo, y con una velocidad de render muy similar a la del Moto G9 Plus que pude reseñar hace poco. Sin hipos, sin lag, sin problemas de cuadros. La conectividad no es un problema. He tenido 4.5G en todo momento cuando he salido, la conectividad WiFi ha sido impecable y la geolocalización no ha provocado mayor inconveniente.
Ya en la multimedia, el parlante se nos queda un poco cortito para la reproducción, pero la calidad de audio que obtenemos con audífonos me sorprendió. Sonaba mejor con los Sony WH1000XM4 que el mismo LG K61.
En el tema de seguridad, el sensor va bien, sin mayor sobresalto. En conjunto, estamos ante un equipo que, con mejor pantalla y cámaras, hubiera pasado como un Pixel. Lo firmo.
Sin sorpresas en la autonomía
Aquí los 4000 mAh nos dan unas seis horas de pantalla activa en promedio, con un uso moderado a intenso entre películas y juegos casuales. La carga de 10 Watts es eficiente, pero hay equipos que logran tasas un poco más altas.
¿Vale la pena?
No es el equipo perfecto, pero creo que estamos ante un buen balance para la gama media. Nokia ha sabido dar equilibrio en lo justo y necesario: el diseño, el software y el rendimiento. Nos ha dejado una batería suficiente, y una pantalla que no está a la altura del resto del equipo.
Una pena que no tengamos gamas más altas en el catálogo de HMD, pues creo que podrían ser protagonistas de un mercado que, este 2020, requiere un respiro en el presupuesto. Este Nokia 5.3 será más que suficiente. Ve por él.
* Equipo cedido por Nokia Perú desde el 1 de octubre hasta la publicación de la reseña
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