NIUSGEEK tiene a prueba al LG K61, un smartphone de gama media con cuatro cámaras y protección militar STD-810G.
Siempre digo que las necesidades de un usuario en la gama media van creciendo con el paso de los años. Las marcas conceden más prestaciones a menos precio, pero en el camino hay ciertas condiciones que el propio mercado genera, ya sea desde los fabricantes o desde los usuarios. A veces, las decisiones que toman los fabricantes son buenas para el usuario, y otras veces es el usuario el que debe buscar lo mejor de un fabricante. ¿LG será un fabricante que satisface al usuario con este equipo? NIUSGEEK tiene a prueba al LG K61.
Estas son las especificaciones del equipo:
Sólido diseño heredado de gama alta
Hay que aceptar que este equipo se siente muy bien a la mano. El borde tiene una textura menos resbalosa que la espalda de plástico glossy, además que la certificación STD-810G nos da una capa de protección adicional para caídas, aunque no ayuda en nada si se cae al agua.
En el borde derecho, LG coloca la bandeja de la SIM y SD encima del botón de bloqueo, algo que al tacto siempre me ha hecho creer que presionaba los botones de volumen – ubicado a la izquierda y sobre el acceso directo de Google Assistant -, y arrima el ingreso para audífonos y el puerto USB-C en el borde inferior.
La tapa trasera es una referencia directa al G8S, el modelo de gama alta de 2019. Sin embargo, el juego de lentes sobresale un poco y se expone a rayones en los bordes. Se me hace un híbrido entre el S10+ de Samsung y el G8S. Y tal como este último, es un imán de huellas.
Un panel que pudo dar más
Cuando escucho hablar de LG, pienso en pantallas. En este caso, el panel FullHD+ escogido por la surcoreana está bien, pero siento que se queda unos pasos atrás de la competencia, sobre todo con luz solar directa. Se me hacía un poco difícil ver la pantalla bajo el sol.
Ya en ambientes más controlados, tenemos una buena reproducción de colores y buen detalle para vides desde distintas plataformas. En el caso de las respuestas al tacto, la pantalla no es la responsable de los problemas que he tenido con el equipo. Ya llego a eso.
El software que este equipo no merece
Aquí viene el gran “por qué” del equipo. Por un lado, tenemos Android 9 Pie. Sí, en 2020 aun tenemos una versión de Android que tiene nombre de postre. Por otro lado, el último parche de seguridad instalado es de marzo de 2020, casi medio año sin actualización. - NOTA DE EDITOR: El equipo se actualizó el 06 de octubre copn el parche de seguridad de setiembre 2020, pero aun tenemos Pie -
Con el launcher por defecto, el equipo no reacciona de manera dinámica. Además, no tenemos gestos para ir rápidamente al cajón de apps o bajar la barra de notificaciones.
Por lo demás, estamos ante una interfaz que ya hemos visto en el G8S y los detalles que LG añade para el cuidado del equipo y todo lo que ya conocemos de la marca. Pero no pensé que el tema de compatibilidad fuese tan grave.
Realmente le di varias oportunidades al equipo. Reinicios, un hard reset, eliminación de varias tareas, cambios de launcher. He usado equipos de LG cada año, y siento que el software se va volviendo el único elemento que no evoluciona a la par que los modelos que proponen.
Demasiadas cámaras para el resultado
Cuando un equipo ostenta un arreglo horizontal de cámaras, asumes que tiene varias herramientas para darte varios resultados. En este caso, LG apuesta por un sensor principal de 48 MP, un gran angular de 8MP, un macro de 2 MP y un ToF de 5 MP, medida inusual para un sensor de profundidad.
Las fotos difieren mucho en función de la distancia focal. La calidad de las fotos en gran angular cae un poco – paradójico en LG, la marca que se ganó a pulso un lugar en la historia de los smartphones por impulsar el formato – y no tenemos lente con aumento. Realmente, el único aliado fiel para estas cámaras es la luz.
Pese a tener un modo “IA”, éste no sirve para fotos nocturnas. Una pena, teniendo sensores con buenos números en la apertura. Es ahí en donde LG debería buscar un diferencial mejor, porque la gama media ya cuenta con competidores que han implementado soluciones útiles en este apartado.
La cámara delantera suele opacar un poco las tomas y añadir contraste a las sombras, desvaneciendo la posibilidad de una toma balanceada. El modo retrato es uno de los recursos que funciona bien en el equipo.
En el caso de video, tenemos un problema de estabilidad en la reproducción de framas. Parece que le cuesta al procesador hacer un paso menos pesado entre cuadros de video. Realmente no es un juego de cámaras en el que confiaría, y me he visto obligado a cambiar de equipo para historias en Instagram varias veces.
El centro de todo: el procesador
Aquí queda expuesto el cuello de botella del equipo: la optimización del Helio P35 de Mediatek en este K61. En términos generales, hablamos de un equipo que, si bien tiene una potencia de 2.3GHz como máximo, no parece tener una optimización adecuada con los otros componentes.
Con los 4GB de RAM, otras marcas con procesadores Snapdragon o Exynos suelen ser un poco más solventes por la manera en que se vinculan a otros componentes. En este caso, parece que el Helio P35 no es capaz de mantener buen ritmo.
En juegos que renderizan escenarios 3D vamos a ver espasmos en la continuidad de los cuadros, pese a que elabora el entorno a buena velocidad. Mantener la fluidez en apps pesadas es muy difícil en este K61.
Para multimedia, tenemos un buen sonido. Es algo que LG ha sabido defender cuando conectamos auriculares, aunque en el tema de las bocinas solo contamos con la que está en la base.
En el caso de la conectividad, no he tenido mayor problema para la recepción de llamadas el uso de datos, emparejamiento de bluetooth o la estabilidad del wifi, aunque el GPS era menos precioso que otros equipos de la misma gama.
En el caso de la seguridad, el sensor de huellas va bien, pero tiene que respaldarse en el procesador, y ahí comienzan los problemas. Una pena, porque un mejor chipset haría de este equipo algo que podríamos disfrutar realmente.
Vamos mejorando en autonomía
Si hay algo que LG está aprendiendo a resolver es el tema de la gestión energética. Aquí nos encontramos con una batería de 4000 mAh, que nos mantiene con buena dosis de carga durante el día.
No tenemos carga rápida, así que procura cargar de noche para que no apures al equipo a lograr su cuota de energía.
¿Vale la pena?
LG se ha metido en la boca del lobo con un equipo de carencias. En un sector en el que la eficiencia de la multitarea ya distingue a otras marcas, y en una competencia para dotar de mejores recursos a la cámara y al software, LG ha quedado un poco corto.
Los dos elementos por los que no puedo recomendar el equipo son claros: el software y el procesador. Tener un equipo con Android 9, aunque con parches de seguridad actualizado, ya nos da una primera alerta; y lo impredecible del procesador termina por rematar algo que, en teoría, pudo satisfacer varias demandas.
He usado LG por años, y doy fe de los buenos momentos de la marca. Fueron los primeros en poner un sistema trasero de acción con el smartphone, los primeros en aumentar la resolución de pantalla y los primeros en usar el lente gran angular. Espero, de todo corazón, que vuelvan a sus mejores años.
* Equipo cedido por LG Perú desde el 10 de setiembre hasta la publicación de la reseña
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