Tras unas semanas de uso, compartimos en NIUSGEEK la opinión sobre el POCO F2 Pro, uno de los teléfonos más atractivos de la temporada 2020 y que reúne varias condiciones de gama alta a un costo reducido.
Con la enorme propuesta de teléfonos este 2020, es un poco difícil decidir acerca de las condiciones que requerimos de un smartphone: una mejor cámara, un buen procesador, más batería o una gran pantalla. A veces, pedimos carga inalámbrica, protección contra el agua o un panel de mayor tasa de refresco. El balance entre lo que un equipo puede darte y lo que realmente necesitas suele ser subjetivo, pero uno de los modelos más esperados podría ser el centro de esta decisión. Tras algunas semanas de prueba, esta es la opinión de NIUSGEEK sobre el POCO F2 Pro.
El diablo en los detales
Hay varias cosas por compartir respecto a un equipo que generó muchas dudas en su primera generación. A diferencia del F1, nos encontramos con un equipo de tremenda calidad en el acabado. Se siente premium y más sólido a la mano.
Lo que resalta a la vista es el diseño del arreglo cuádruple de lentes y el corte en el centro bajo los “64MP” estampados. Sin embargo, el cover no es suficiente para proteger los bordes de este precioso círculo, que completa el diseño con un anillo externo que se extiende hasta el flash LED.
La recarga de los bordes superior e inferior es evidente. Arriba, junto al lente delantero “pop up” – no quiero olvidar decirte que este mecanismo tiene un foco LED notificador muy útil - nos encontramos con el puerto para audífonos y el emisor infrarrojo. Abajo, el puerto USB-C convive con la bocina y el slot para la doble SIM.
Sin el protector de gel nos encontramos con un equipo muy resbaloso para manipularlo bajo una llovizna, así que procura no quitarle ese cover. No se siente ancho ni pesado, pero no deja de ser un imán.
Pantalla con sacrificios
Estamos ante un gran panel Super AMOLED con colores muy precisos y que se extiende, sin interrupción, por todo el frente del equipo. Nada de agujeros o cejas que estorben, ni tampoco con bordes abultados. No es simétrico, y las esquinas tienen un milimétrico desbalance que sería imperceptible si no te lo hubiese mencionado.
Hay dos cosas que me encantan del panel. La primera es que su gama de colores es muy buena, y el brillo es más que suficiente para poder ver contenido sin necesidad de moverse ante fuentes de luz.
Hay dos cosas, sin embargo, que me dejaron descontento. Entiendo que, por el precio del equipo, la pantalla no tenga una mayor tasa de refresco, y es aceptable. Lo que no logro descubrir es el nivel de refresco al toque del panel, una cifra que le permite a la pantalla reaccionar con más frecuencia a los dedos.
Lo otro tiene que ver con el borde que une el panel con el cuerpo del dispositivo, que rompe la continuidad del diseño y nos regresa a modelos como un Redmi Note. Es un detalle que, para lo suave de la tapa trasera, resulta un contraste muy fuerte.
MIUI 12 y sus novedades
El equipo corre bajo Android 10, sin limitaciones para el uso de apps de Google, y con MIUI, la capa de personalización de Xiaomi. Cuando recibí el equipo, mi primera semana de uso estuvo marcada por la presencia de MIUI 11, pero recibí la actualización a 12 en la segunda semana. Hay cambios importantes, y son positivos.
Debo decir, honestamente, que esta nueva versión de MIUI 12 me sabe, por mucho, a One UI de Samsung. El tipo de letra, el espacio entre opciones, un cierto “aire” a la capa surcoreana. Sin embargo, Xiaomi se ha logrado diferenciar con varios detalles que funcionan, y muy bien. La parte gráfica ha sido pulida al máximo, y se nota el esmero en esta nueva capa.
Tenemos aplicaciones flotantes sobre pantalla, y podemos usarlas para ver el contenido completo sobre otra app, arrinconarla en una parte del panel o eliminarla con un simple gesto. Es un sistema muy bien pensado.
Lo otro tiene que ver con Game Turbo, el apartado para videojuegos. Va mejor, es más estable, y funciona rápido con este combo de procesador y RAM.
Por último, no quería dejar de mencionar los “Super Temas”. En mis años haciendo reseñas de smartphones, nunca había visto algo tan bien logrado en un teléfono. Xiaomi me ha sorprendido muchísimo con esta nueva opción de personalización.
En concreto, es un software muy bien nutrido en opciones, y que ha reacomodado varias piezas en pasos simples. Mantienen el menú emergente desde el sensor de huellas que vi desde el Mi A3, y es algo que valoro mucho de una marca: la posibilidad de replicar la misma experiencia de uso en varios niveles.
Un juego de cámaras que llega a gustar, no a encantar
Aquí no hay misterios. De a pocos, cada generación nueva de Xiaomi va mejorando la ciencia de color, el enfoque automático y las herramientas aplicadas a fotografía. Aun en video andamos en situaciones por mejorar, pero en foto el camino va bien.
La calidad del sensor de 64 MP es muy buena, aunque le falta un poco de cariño al auto enfoque cuando cambiamos súbitamente de distancia respecto al sujeto.
El “Modo noche” procesa rápido las fotos, aunque no llega a realzar escenas muy oscuras. Eso sí, no podemos usar el gran angular en este apartado, a diferencia de otras marcas que sí lo permiten.
Los tres lentes trabajan de manera eficiente, incluyendo el modo “Súper Macro” que incrementa la definición respecto a otros modelos. Creo que este Poc F2 Pro cuenta con lentes que te van a dejar satisfecho con los resultados.
Sin embargo, hay un par de cosas por mejorar. La primera tiene que ver con la opción HDR, que no guarda la última selección. Esto significa que debes activar la función HDR cada vez que uses la cámara.
La segunda es la ausencia de enfoque en el lente gran angular. Antes teníamos esa ventaja con el Mi Note 10, pero parece que la hemos perdido en esta generación.
La cámara delantera es muy buena, y me deja tranquilo tras haber probado el Mi 9T y su cámara retráctil, de una calidad cuestionable. Aquí los colores son intensos y fieles a lo que fotografían.
Los recursos en software del Poco F2 Pro son muy buenos: los filtros no son exagerados en el tinte de la toma, y los registros de iluminación son muy precisos.
De video vamos con buen detalle, pero tenemos una seria limitación: no podemos cambiar el lente mientras grabamos. Pese a contar con un Snapdragon 865, el software no permite cambiar del lente principal al gran angular. Gran parte del atractivo de este procesador fue, justamente, la capacidad de salto suave entre varias cámaras. Aquí no lo tenemos.
Llegar a la gama alta con el mínimo requerido
La combinación de componentes en este F2 Pro lo hace un equipo de buen rendimiento, pero que ha debido sacrificar algunas características para mantener el rendimiento a punto. No tendrás problemas de fluidez, incluso con la configuración “básica” de 128GB de interna con 6GB de RAM.
Aquí la primera concesión: no tener la posibilidad de aumentar el almacenamiento será un detalle por considerar cuando producimos mucho material con la cámara o bajemos contenido multimedia parea consumo offline. Es una de las limitaciones que encontrarás en este equipo gama alta de bajo costo.
Para juegos, el apartado de “Juegos” ayuda a la optimización de recursos para una experiencia más fluida. Airline Commander ha ido sin problemas, mientras que PokémonGO carga sin mayor sobresalto. Toda la experiencia es fluida cuando vamos de los juegos al escritorio y viceversa. Sin embargo, he tenido cierres de app en segundo plano, así que el tema de la RAM requerida para la gama es un tema a debatir: las 6GB ya deberían pasar a la gama media alta.
La multimedia es tremenda. No tenemos parlante estéreo, pero el panel completo y sin estorbos ayuda a que todo se vea muy bien en ese panel AMOLED. El audio es realmente alto desde esa bocina, lo que puede ser un problema para el registro mínimo. Por momentos, pasar de “cero” a “uno” generaba estridencia en lugares muy silenciosos.
La conectividad es muy pareja, y la estabilidad en redes wifi va realmente bien. Ya sea en plan de datos o con conexiones inalámbricas, la velocidad de navegación anduvo bien. La conexión a periféricos Bluetooth como los Galaxy Buds Plus o la Mi Band 4 no resultaron ser problemáticas en absoluto.
Para la identificación, el sensor de huellas bajo pantalla no es el más veloz del mercado. No va mal, pero a veces demora un poquito más, y no tiene un proceso uniforme para el desbloqueo del equipo. Tenemos reconocimiento facial, pero eso requiere que la cámara pop-up emerja para ver al usuario. En épocas de mascarillas, este sistema casi no podrás usarlo.
Un combo demoledor en autonomía
Sus 4700 mAh son una excelente inclusión bajo el chasis, y rindieron más que los 5260 mAh del Mi Note 10. Casi nunca me quedaba sin energía, pese a permanecer lejos del conector por día y medio. La velocidad de carga es fiel a lo promocionado: poco más de 60 minutos para una carga total, gracias a sus 30 Watts.
Sin embargo, hay un detalle por mencionar. Cuando comencé a usar el equipo venía con MIUI 11, y lograba tremendas cifras de pantalla. Con MIUI 12, parece que ese promedio ha bajado, y el consumo energético es un poco mayor. Lo que me parece estupendo es lo bien dotado del apartado “batería” en MIUI 12.
¿Vale la pena?
Sí, y creo que te has dado cuenta desde que comenzó la reseña. Me parece un equipo con tremendos beneficios al precio ofrecido, y que logra reunir un buen puñado de componentes que mejora, por mucho, el momento vivido por el F1 hace dos años.
El precio no alcanza para una protección IP alta o carga inalámbrica, pero creo que esas condiciones no son necesarias para un grupo masivo. Bajo esa perspectiva, la relación “calidad/precio” de Xiaomi mantiene su legado intacto. Es un gran teléfono. Ve por él.
* Equipo cedido por Xiaomi Perú desde el 17 de julio de 2020 hasta la publicación de la reseña
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