La frontera entre fidelidad e infidelidad se redefine en la era digital: mensajes y relaciones virtuales son considerados deslealtad.
La línea que separa la fidelidad de la infidelidad en las relaciones de pareja se está redefiniendo en la era digital. Según revela el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España sobre "Relaciones sexuales y de pareja", el 64.5% de los españoles considera una infidelidad "mantener conversaciones subidas de tono a través de mensajes, teléfono o redes sociales", aun cuando no exista contacto físico entre los involucrados.
Este nuevo paradigma de lo que constituye una deslealtad muestra una notable brecha generacional y de género. El estudio, que contó con una muestra de 3,856 entrevistas realizadas entre el 22 y 30 de enero, señala que las mujeres son más estrictas en su definición de infidelidad digital: un 70.6% considera que los coqueteos virtuales representan una traición, frente al 58.1% de los hombres.
Sorprendentemente, son los jóvenes entre 18 y 24 años quienes muestran la postura más conservadora al respecto. Un contundente 83.5% de este grupo etario considera que las conversaciones eróticas por medios digitales constituyen una infidelidad, mientras que solo el 52.3% de los mayores de 65 años comparte esta visión. Esta diferencia sugiere un cambio significativo en la percepción de los límites de exclusividad en las nuevas generaciones, contrariamente a lo que podría esperarse.
El estudio también revela que el 76.3% de los españoles considera infidelidad tener relaciones sexuales a través de redes sociales sin contacto presencial, un dato que confirma cómo el comportamiento en espacios virtuales está adquiriendo la misma relevancia que las interacciones físicas en términos de lealtad a la pareja.
En cuanto a las formas tradicionales de infidelidad, existe un amplio consenso: el 91.5% de la población considera que "mantener relaciones sexuales y afectivas con otra persona" constituye una deslealtad. Sin embargo, "dar un beso en los labios a otra persona" genera mayor división: el 53% lo considera infidelidad, mientras que el 42.9% no lo percibe como tal.
Estos resultados se enmarcan en un contexto donde el 63.1% de los encuestados considera "muy o bastante importante" tener pareja para una vida satisfactoria, aunque esta cifra desciende al 50.4% entre los jóvenes de 18 a 24 años, indicando una menor dependencia emocional de las relaciones formales en este grupo.
El CIS también indagó sobre la satisfacción sexual de los españoles: el 73.3% asegura estar "muy o bastante satisfecho" con su vida íntima, mientras un 78.2% coincide en que "en nuestra sociedad sigue habiendo muchos prejuicios y ocultación con relación al sexo".
Estos resultados sugieren una transformación profunda en la concepción de la fidelidad, donde los espacios digitales se han convertido en territorios donde también se juega la exclusividad emocional y sexual. La infidelidad ya no se limita al contacto físico, sino que se extiende a comportamientos en el entorno virtual.
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