Con una pequeña rutina, una madre de gemelos logró identificar los momentos de contacto que perdía con sus hijos al momento de mirar el teléfono.
Somos una generación de adultos que critica a los niños por el uso de smartphones y Tablets, pero que comete más errores de crianza justamente por concentrarnos en estos equipos. A través de un pequeño experimento compartido en redes sociales, Brandie Wood nos ayuda a entender la importancia del vínculo en el tiempo compartido y los momentos que perdemos al ver las pantallas del móvil sin fijarnos en actividades.
Brandie es mamá de dos niños, Blaine y Rylie, y hace unos años decidió iniciar un experimento en su casa:
"Hoy hice un experimento, vi a mis hijos jugar", escribe. “Cuando me senté tranquilamente en la esquina de la habitación, conté cuántas veces me miraron por diversas razones: para ver si veía sus trucos geniales, para buscar aprobación o desaprobación por lo que estaban haciendo y para observar mis reacciones”.
La idea era simple: durante el tiempo de juego, Brandie usaba el teléfono como distracción en ese espacio seguro, mientras sus hijos jugaban. A partir de su experimento ella decidió dejar el teléfono y contar las ocasiones en que sus hijos la observaban o buscaban su mirada.
Ella compartió el resultado de la primera sesión en Facebook:
“28 veces mis ángeles se habrían preguntado si la World Wide Web era más importante que ellos. 28 veces mis hijos no habrían recibido la atención que la mayoría de los adultos están buscando. 28 veces mis amores habrían cuestionado si estuvieran solos emocionalmente. 28 veces mis hijos habrían estado tranquilos de que lo que realmente estás en línea es lo que realmente importa”, señaló en su perfil.
El tiempo que los adultos dedican a observar sus pantallas de manera directa y descuidando actividades sobrepasa los 140 minutos diarios, de acuerdo con estudios recientes. El hecho de acompañar a los niños sin involucrarse emocionalmente no favorece los vínculos, y suele generar aislamiento en los niños a la larga.
Brandie comenta como parte de su post en Facebook: “En un mundo donde somos aceptados por lo que los demás perciben de nosotros y no como quienes somos realmente, en un mundo donde la validación proviene de cuántos seguidores o "me gusta" tenemos, en un mundo donde el tiempo de calidad con los seres queridos está siendo reemplazado por el aislamiento y los mensajes de texto desde la otra habitación, te ruego que seas diferente”.
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