Desde las estadounidenses "House of Cards" y "Veep", hasta "El mecanismo", serie de Netflix inspirada en el caso Lava Jato, la televisión ha tomado el pulso a la coyuntura política con resultados controversiales.
En los Emmy 2016, tras ganar su quinta estatuilla consecutiva como Mejor Actriz de Comedia, Julia Louis-Dreyfus tradujo en palabras aquello que ya había estado pasando en la pantalla chica estadounidense. En la serie ─llamada "Veep" y que emite HBO─ la actriz interpreta a una vicepresidenta cuya incapacidad es trágicamente cómica. Selina Mayer, su personaje, está al frente un equipo de inútiles e hipócritas que lidera Estados Unidos. La parodia y ácida crítica al sistema operado desde Washington era evidente desde el inicio, pero se materializó cuando Donald Trump fue elegido presidente.
"Creo que 'Veep' ha derribado el muro entre la comedia y la política. Nuestra serie empezó como una sátira política pero ahora se siente más como un soberano documental. Así que prometo reconstruir ese muro y hacer que México pague por él", dijo la actriz durante su discurso de agradecimiento.
No es casualidad que la expectativa generada en Latinoamérica por una serie como "House of Cards" ─que presenta las maquinaciones del corrupto político Frank Underwood (Kevin Spacey) para llegar a ser presidente─ haya disminuido precisamente cuando en la región se empezaron a conocer más detalles de los casos Lava Jato y Odebrecht. ¿Existe realmente una forma de medir el interés del público latino en una serie mientras en sus países se descubren faenones y los políticos se sacan los ojos entre ellos?
Mientras tanto, la realidad patea el trasero de la ficción noqueando a Kevin Spacey, quien a pesar de interpretar al maquiavélico y siempre victorioso Frank Underwood no pudo librarse del despido tras las acusaciones de acoso sexual en su contra. El personaje se sale con la suya para llegar a ser presidente de los Estados Unidos e instaurar su régimen corrupto; el actor pronto tendrá que enfrentar a la justicia. Mientras presidentes como Fitzgerald Grant (Tony Goldwyn) de "Scandal" o políticos como Peter Florrick (Chris North) en "The Good Wife" sufren pero logran escapar de la justicia, en países como Perú y Brasil los presidentes comienzan a ser apresados. En la competencia, la vida real inclina la balanza a su favor.
PASA EN EL PERÚ, PASA EN NETFLIX
Basta ver dos o tres capítulos de "Designated Survivor" para sentirnos en casa. Tras la muerte (por un atentado) de la cúpula política completa de Estados Unidos, el secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos se convierte en presidente gracias a la figura del "sobreviviente designado". En medio de una crisis, Thomas Kirkamn (Kiefer Sutherland) debe juramentar y liderar una nación. Los símiles no son difíciles de encontrar y ya se han traducido en memes inspirados en la política peruana: desde hace varios meses y ante la posibilidad de la vacancia de Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra se convirtió en nuestro "sobreviviente designado".
Sin embargo, el personaje de Sutherland nos ofrece muchos otros matices. Es un presidente al que sus rivales quieren derribar a toda costa para tomar el poder. Es vapuleado sin tener tiempo para reaccionar. Pasa un poco de tiempo para que reaccione, con giros inesperados e inevitable final feliz. Quizás por eso la realidad vuelve a ganar.
"El mecanismo", serie dirigida por el brasileño José Padilha para Netflix, es casi un documental. Basada completamente en la red de corrupción extendida en América Latina -incluido el Perú- el realizar adelanta que "solo se han cambiado nombres" y que personajes peruanos aparecerán de todas maneras en su producción.
Es probable que ese sea el camino que deba seguir la ficción política de ahora en adelante: incapaz de superarla, está condenada a reflejarla. Al menos por ahora.
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