En los últimos años, Latinoamérica se ha convertido en un importante baluarte de la industria cinematográfica a nivel mundial. Tres directores reflexionan sobre el avance del cine en nuestra región.
En los últimos años, el streaming ha adquirido una gran relevancia en el consumo de entretenimiento mundial, no solamente como parte de la industria audiovisual, sino tomando un lugar importante como uno de los principales impulsores de su crecimiento tras la pandemia de la COVID-19.
Para Latinoamérica, estos servicios además cumplen un rol como ventana de exposición mundial del talento de muchos creadores que gracias al streaming pueden ver viajar a sus obras y ser disfrutadas por públicos de todas partes del mundo.
Netflix, la plataforma pionera del boom del streaming, fue también la responsable de uno de los hitos más importantes en la historia del cine Latinoaméricano: Alfonso Cuarón pudo desarrollar con completa libertad "Roma", uno de sus proyectos más personales que retrataba los recuerdos de su infancia en la colonia del mismo nombre. Luego de su estreno, y además de arrasar en diversas premiaciones internacionales, se convertiría en la primera película de habla no-inglesa en ser nominada a la categoría ‘Mejor película’, una de las más importantes de los premios de la Academia. A pesar que no logró llevarse el ansiado galardón, sí consiguió marcar un antes y un después, abriendo camino para que más creadores tuvieran la oportunidad de exportar su arte hacia el mundo entero.
LATINOAMÉRICA EN LOS OJOS DEL MUNDO
Este año, la directora peruana Claudia Llosa, el cineasta brasilero Alexandre Moratto y el realizador mexicano Alonso Ruizpalacios, directores detrás de tres importantes historias que han conquistado a la crítica especializada, logrado traspasar fronteras y dar visibilidad no solamente a impactantes narrativas, si no también a problemas sociales, injusticias y realidades que a manera de denuncia, son retratadas en estas aclamadas obras.
A través de una conferencia de prensa organizada por Netflix, los tres directores nos explican desde su perspectiva, el avance de la industria latina, cómo han evolucionado sus carreras, y lo que significa para ellos tener la oportunidad de exportar su talento al mundo.
Claudia Llosa dirige ''Distancia de Rescate'', película que describe como un intento de expresar con palabras la sensación de distancia que siente una madre al intentar medir cómo llegar a su hijo o hija si hay un peligro. Claudia recuerda el avance de la industria desde el lanzamiento de su ópera prima "Madeinusa".
"En los últimos años cambió todo, pero sobre todo lo relativo a cómo entendemos y aceptamos ciertas percepciones, en concreto, el modo en que tratamos aquellas películas escritas y dirigidas por mujeres. El modo en el que podemos expresar nuestro mundo interior y nuestra complejidad es totalmente distinto. No solo nos está cambiando a nosotros, los cineastas, y al público, sino también a nuestros hijos", comenta.
Alonso Ruizpalacios es el director mexicano detrás de la aclamada "Una película de policías" , un documental que cuenta la historia de dos policías de Ciudad de México, cuyo génesis data de 4 años atrás.
"Tenía que hacer algo que me hiciera o que me diera esa ilusión de ser útil. Porque veníamos de una etapa muy dura con el antiguo presidente Peña Nieto y hubo una crisis tremenda de corrupción e impunidad, así que quería hacer algo que hablase de eso. Y al investigar de alguna manera nos enamoramos de la figura del policía y la policía y encontramos estos dos personajes que son tan complejos y tan mexicanos", agrega.
Para Ruizpalacios el cine latinoaméricano tiene aún mucho que dar, con historias que esperan por ser descubiertas.
"Espero que más gente se acostumbre a ver películas subtituladas. Pienso que esto es un proceso que empezó hace tiempo, nosotros, los de no habla inglesa, estamos acostumbrados a ver películas subtituladas. Así que creo que es hora de que la gente se acostumbre a eso, porque se están perdiendo películas muy buenas. Me emociona mucho ver cine latinoamericano, fui al festival de cine de la Habana hace unos años y simplemente era maravilloso ver todas esas películas, pensé: ¿por qué no vemos más de esto a diario?", añade.
Alexandre Moratto es la mente detrás de 7 prisioneros, película que denuncia la trata de personas a través de la historia de un grupo de muchachos que consiguen un trabajo en Sao Paulo, pero que pronto se darán cuenta que están atrapados en una manera de esclavitud al solo trabajar para pagar las deudas que mantienen con su jefe.
"Hay todo un sistema de corrupción que básicamente los esclaviza, ellos llegan a la conclusión de que se trata de tráfico humano y que es una especie de esclavitud moderna, que es un problema global que afecta a miles de personas en Brasil y a millones a nivel mundial según la ONU. A lo largo de la película se retratan nuevos niveles de corrupción y desigualdad social y sistémica que perpetúan esta situación durante generaciones", resalta.
Para Moratto, que las historias de Brasil tengan cada vez más visibilidad a nivel mundial es un orgullo; "es genial ver que las películas brasileñas tienen una buena acogida internacional, me gusta verme a mí mismo como un cineasta internacional, así que en mi trabajo siempre intento crear películas que no solo vayan a resonar en Brasil con los brasileños, sino que también lleguen al público en el extranjero".
Sobre la controversia entre disfrutar las películas en una sala de cine o en el streaming, Alexandre solo ve oportunidades para la industria.
Para mí, más diversidad en los directores creo que significa crear más espacios para los directores. Es decir, no sé cómo sería mi carrera de no haber sido por el streaming. Yo crecí viendo películas en cines, claro, pero también eran accesibles por VHS y luego salieron los DVD, así que de alguna forma crecí con esa experiencia de tener un vídeo en casa y siempre me encantó. Podía ir para atrás, volver a verla, estudiar la película. Es decir, también como alguien que trabajó mucho tiempo con gente de clase trabajadora y de comunidades con bajos ingresos en Brasil, para muchas de estas personas la única forma de ver películas es a través de Netflix y plataformas de streaming, así que creo que es una solución magnífica para mucha gente que normalmente no podría permitirse el acceso o el privilegio de pagar una entrada de cine y sentarse en una sala y ver la película. Obviamente las cosas cambiaron mucho, pero eso no borra la magia de ver una película en el cine, así que solo veo el lado positivo", finaliza.
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