AFHS: Carlos y Fernanda juegan al Sheik y la princesa del desierto

Kerly Troncoso llama a Nicolás y le cuenta que consiguió su teléfono gracias a su hermana. Le pide perdón por todo lo que pasó con su madre y con sus tías, las monjas. El ya no quiere saber nada de ella pero sonríe al pensar que deslumbró a la joven.

Fernanda no puede dormir y cree que  tiene que ver con Joel pero luego desecha la idea. Busca a su madre Isabella quien le dice que tienen que estar más unidas que nunca. “Tu noma está cambiando para mal”, le dice. Fernanda se acomoda en la cama de su madre pero se mueve todo el tiempo, llegando incluso a golpearla. “Ya recordé por qué no me gustaba dormir con Fernandita”, dice.

Francesca se niega a cumplir un pedido de Carlos. El pedido tiene que ver con que ella debe disfrazarse de princesa ya que él está disfrazado de sheik. Finalmente accede y cuando están por iniciar una velada romántica suena el celular y es una emergencia que debe cubrir Carlos.

Lucho y Miguel Ignacio discuten por haber arruinado el matrimonio de Joel y Fernanda. “Y ahora me toca a mí, no? Estoy a punto de perder a mi familia. Reyna me ha amenazado con quedarse a vivir en Estados Unidos y todo fue por ese campamento en el que no quería estar”, dice Lucho. “Pues qué bien que la bruja de tu mujer se vaya bien lejos. Todos hemos salido ganando. Lo que hice con los pasajes que le di fue protegerme que es algo que siempre hago. Te hago un favor y te pones así”, responde Miguel Ignacio. Lucho se levanta y se retira cariacontecido.

Hiro toca un instrumento musical y Monserrat le pide que cante pero inicialmente él se niega pero después le canta una canción de amor pero lo hace en japonés. “¿Me pareció escuchar mi nombre en tu canción de amor?”, le pregunta. Hiro niega lo evidente y se retira asustado.

Nicolás duerme y de pronto sueña que se abre la puerta de su casa y aparece una monja. “Con mi sobrina no, con mi sobrina no”, le dice y él despierta gritando asustado y va al cuarto de su madre pretendiendo dormir con ella. “Dudo mucho que alguien pueda dormir aquí”, le dice.

Lucho llega a su casa y quiere hablar con Pepe y Tito que están viendo “Caracortada”. “Creo que ya tenemos la solución a tu problema”, le dicen.

Miguel Ignacio llega a casa de Raúl y toca el timbre muchas veces. Viviana trata de despertar a Raúl para que abra la puerta pero este ha tomado una pastilla para dormir por lo que tiene que bajar ella. “¡Mañana te vas de aquí!”, le dice furiosa y sube a su cuarto. “No sé por qué a Raúl le gustan este tipo de mujeres ingobernables. Pero mañana tendré que esmerarme para ganarme algunos puntitos con Vivi”, reflexiona Miguel Ignacio. Y lo que hace a la mañana siguiente es llevarles el desayuno a la cama a Raúl y Viviana.

Lucho busca a Reyna y trata de hablar con ella pero ella está dormida y no le responde. “Bueno, me estoy quedando sin alternativas”, piensa.

Viviana se queda pensando que eso del desayuno que Miguel Ignacio les llevó es una argucia y nada la saca de su idea. Y tiene razón porque el desayuno se lo ha llevado Pancho, el empleado de limpieza de la constructora.

Manolo está saliendo de su casa y al bajar las escaleras se encuentra a Rubí que está sentada y dormida. La queda contemplando. “Qué linda se le así, dormida, como si no matara una mosca”, comenta. Ella despierta y le dice que está en ese lugar desde anoche porque quería hablar con Manolo.

Carlos llega a la casa Maldini y dice que está cansado y que subirá a descansar. Hiro le lleva el desayuno y le da un masaje en el cuello para que pueda descansar. Suena el timbre y se trata de Benito. “Soy el guardaespaldas del gerente general”, se presenta.

Rubí insiste con Manolo. “No quiero atormentarte Manolo. No me puedo olvidarme de ti. Cuándo lo vas a entender”, dice. “Estoy en otra”, responde Manolo. “Creo que debemos hablar con Teresa de esto”, añade la innombrable.