AFHS: Charo echa a perder la boda de Raúl y Viviana

Charo interroga a Nicolás acerca de la aventura que está teniendo. “No estoy teniendo una aventura, es algo serio. Es una chica con la que no hubiera pasado tanto tiempo si su hija no me hubiera abandonado”, le dice. “¿Te estás vengando?”, pregunta Charo. “Habría tenido que denunciarla ante la policía para que fueran ellos quienes la trajeran a Lima, eso hubiera sido venganza”, responde. Charo insiste en que Grace lo extraña ya que es algo que siempre le dice cada vez que la llama por teléfono. “A lo mejor está esperando a que vayas a recogerla”, le propone Charo. “Eso no pasará. La verdad es que no he sido muy feliz. Grace vive obsesionado con la idea de que en cualquier momento le voy a sacar la vuelta con una chica”, dice Nicolás. “¿Acaso no es eso lo que no estás haciendo?”, le dice Charo.

Viviana toma los servicios de Joel para que la traslade a un hotel donde se vestirá para acudir a su boda.

Charo decide telefonear a Grace para pedirle que regrese a Lima para que defienda su felicidad pero al final no hace la llamada.

Isabella se cruza con Charo cuando esta última se retira de casa de los Maldini. Sube a ver a Nicolás y le pregunta acerca de lo que habló con la madre de Grace. “Grace está esperando que vaya por ella a Huamanga”, le dice a su madre. “¿Y lo vas a hacer?”, pregunta Isabella. “No lo sé”, responde. “Piensa en que estás así para librarte de la culebrita andina”, le dice su madre. Más tarde Nicolás llama a Rubí para pedirle que no asista a la boda de Raúl y Viviana. Inicialmente ella le dice que comprende que no es el momento para que le presente a su familia pero una vez que cuelga no se queda tranquila. “No me voy a quedar con los crespos hechos”, dice.

Pepe y Tito se encuentran con Manolo, hacen tiempo para asistir a la boda de Viviana y Raúl. Manolo les muestra la foto de Rubí y le dice que ella lo dejó por un hombre que tiene bienes materiales. Aparece Peter que se lleva a Manolo antes que revele la identidad del hombre que le quitó a Rubí, es decir Nicolás.

Roxana ayuda a vestir a su padre Raúl a quien le hace el nudo de la corbata. Recibe una llamada de Viviana quien le juega un broma que en realidad es un coqueteo. Luego llama a Pepe para que le pregunte a Charo si asistirá a su boda. “¡No voy a ir!”, exclama Charo. Luego aparece Joel quien le dice a su madre que no se vaya a molestar porque asistirá al matrimonio de Raúl acompañando a Fernanda. Luego llega a la casa el vigilante Félix que le pregunta a Charo de parte de Raúl si es que asistirá a su boda para importunarlo. Charo bota de la casa al wachimán. Charo está hecha un mar de confusiones cuando la aborda su padre. “¿Por qué le dijiste a Raúl que todavía lo quería?”, le reclama. Su padre le sugiere que vaya a esa boda para hacerse notar para demostrarle a ese Platanazo lo que se está perdiendo y que ella no se arrastra por nadie.

Los invitados empiezan a llagar a la boda de Raúl y Viviana. Isabella le propone a Miguel Ignacio ir de vacaciones a la Laguna Azul y él acepta. Los González también llegan y, como siempre, con su caja de cerveza. Miguel Ignacio trata de convencer a Raúl de que no se case pero este no le acepta la sugerencia. Llega la novia acompañada de sus padres y Raúl la espera en el altar. Se da inicio a la ceremonia. Mientras, Joel y Fernanda no dejan de besarse, Bruno abraza a Zuzú, y las otras parejas hacen los mismo. Todos sonríen y de pronto aparece Charo acompañada de su padre. Raúl se da cuenta y se pone pálido. Viviana repara en que algo pasa y le pregunta por lo que le ocurre y entonces le dice que Charo ha llegado a la boda. “Aquí los que importamos somos nosotros”, le dice y lo toma de la mano pero los dos están muy agitados. Charo decide irse pero al salir se tropieza y cae. “¡Bravo, eso es lo que querías, no? Ser el centro de atracción. Lo lograste!”, le grita Viviana. Charo está a punto de echar a correr. “¡Felicítalos y sal corriendo, felicítalos y sal corriendo!”, le dice su conciencia pero su boca dice otra cosa: “Raúl, yo te amo”, le dice y sale corriendo. Viviana le pregunta a Raúl si pueden continuar con la ceremonia y él dice que sí pero de pronto ella se da cuenta que hay una cierta sonrisa en el rostro de su novio. “Esto es lo que estabas esperando, que Charo te declarara su amor. No me puedo casar con alguien que no está seguro de sus sentimientos”, le dice y le da una bofetada y sale del recinto. Rebeca, la madre de Viviana también se le acerca a Raúl. “¡Alumno Del Prado, siempre fue un mediocre!”, le dice y le da otra bofetada y se va. Guillermo, el padre de la novia también se acerca a Raúl. “¡No hace ni una hora que te entregué a mi hija y mira lo que haces!”, le dice y le da otra bofetada y lo deja solo. Raúl los sigue pero se queda de pie en medio de los invitados.

En casa de los Maldini suena el timbre y Hiro abre la puerta y se queda muy sorprendido por lo que ven sus ojos.

Lucho llega a casa de los González acompañado del doctor Ronald Cross donde encuentra a Reyna a quien le pide el divorcio. Reyna no quiere firmar los documentos y entonces el abogado le sugiere a Lucho que puede recurrir al Poder Judicial. El doctor Cross les dice que tiene los documentos  para un divorcio de mutuo acuerdo y después de 30 días durante los cuales podrían haber una conciliación el divorcio podrá realizarse o no. “Reyna no firmará los documentos. Me queda la opción de la vía judicial donde hablaré de maltrato sicológico”, dice Lucho.

Raúl le da el alcance a Charo y a su padre y le pide a éste que los deje solos. “Charo, ¿por qué me hiciste esto?”, le pregunta mientras Charo tiene los ojos llenos de lágrimas.

Los Maldini están en su casa comentando lo ocurrido en la trunca boda de Raúl. De pronto Hiro le dice que mientras todos estaban en la boda llegó a la casa una visita. “¿Quién es?”, pregunta Francesca. Y desde lo alto se escucha una voz. “Hola”, dice. Es Grace que ha vuelto a casa.