AFHS: Francesca Maldini no quiere luchar por su vida

Los signos vitales de Francesca Maldini dejan de aparecer en el osciloscopio. Peter se desespera y llama al doctor que trata de revivirla. Peter sale de la habitación y encuentra a Fernanda. “Señorita, creo que esta vez sí se nos fue”, le dice. “Debe ser horrible morir pensando que su familia la odia”, añade. Fernanda resuelve llamar a Nicolás.

Reyna Pachas es interrogada por Barbie porque no la conoce de ninguna parte y más porque está del brazo de su marido. Reyna ignora que está hablando con la dueña de la casa. Al final genera una trifulca y se agarra de los cabellos con Barbie y hasta terminan en el suelo mientras los invitados tratan de separarlas. “Reyna, estás dejando mal a Isabella!”, grita Teresa y Barbie se queda mirando a Isabella.

Nicolás conversa con Morgana y le confiesa que es hijo de Miguel Ignacio de las Casas. “Eres un chico muy simpático pero tuve muchos malos ratos con tu padre”, le dice. El celular de Nicolás recibe la llamada de Fernanda pero él no solo cuelga la llamada sino que hasta apaga el celular. Fernanda, al otro lado de la línea, no sabe qué pensar. Nicolás le dice a Morgana que siente que la está incomodando y antes de irse le pregunta su nombre. “Soy Morgana Centurión y no me estás incomodando”, le dice. Nicolás le dice que lo acaban de nombrar gerente de imagen de la Constructora de Las Casas y que no sabía nada de los problemas que tuvo con su padre.

Barbie despide a Isabella luego del laberinto que han armado Reyna y Shirley. “No sabía que trabajabas con personal de quinta. Estás despedida y sal por la puerta de servicio. Me voy a encargar de que todo Lima sepa que el catering de Isabella Picasso Maldini es el peor de todos”, le dice Barbie.  Isabella, Charo y Teresa regresan a Las Lomas. “¡Qué bochorno, me hicieron salir por la puerta de servicio!”, es lo primero que dice Isabella. Teresa está furiosa. “¡Reyna es la responsable de todo, nos arruinó el negocio!”, dice molesta. “¡Qué bochorno, me hicieron salir por la puerta de servicio!”, repite Isabella. “Tanto esfuerzo para todo termine de esta manera por culpa de esa mujercita”, comenta Charo. “¡Qué bochorno, me hicieron salir por la puerta de servicio!”, vuelve a decir Isabella que parece estar en shock a tal punto que Charo le ofrece un vaso de agua de manzana.

El médico le dice a Fernanda y Peter que el estado de salud de Francesca es inestable. “Parece que la señora Maldini no tiene ganas de seguir luchando por su vida”, les dice. Fernanda vuelve a llamar a Nicolás y lo entera de lo que está pasando con su nona pero él no le cree. “Ven a la clínica y ve con tus propios ojos lo que está pasando. La nona se está muriendo”, le dice. Nicolás, que cree que sus encantos no funcionaron con Morgana y por lo tanto no logró el empleo en la constructora, se queda pensando. Joel le lleva a Fernanda algo de comer pero ella no quiere probar bocado. “Si no quieres comer, me lo como yo. Estás cosas de nervios me dan hambre”, dice Joel.

Peter va a la capilla de la clínica a rezar. Le pide a Dios que ablande el corazón de Isabella y Nicolás y que estén al lado de Francesca. “Te lo pide este pobre pecador”, implora. En tanto Nicolás llega a la clínica y ve por sí mismo que su nona está realmente mal. Se alarma al verla conectada a un respirador artificial. Llama a su madre. “Tengo muchas cosas más importantes en qué pensar que en una Francesca Maldini”, le dice y le cuelga. Charo le dice que a lo mejor es verdad. “Yo conozco muy bien a my mother”, responde.

Viviana sigue trabajando en el guión de su drama ficcional y no le hace caso a Raúl que le reclama atención.  “Sabes cómo soy y lo que necesito pero tú no dejas de trabajar y no me haces caso”, reclama. Viviana le responde con evasivas y sigue trabajando. Raúl se molesta y la deja sola. "A lo mejor te recomiendo un guionista argentino", alcanza a decir.

Morgana Centurión llega a la Constructora de Las Casas. “Pero qué sorpresa”, le dice Miguel Ignacio. “Me conoces y sabes que voy directamente al grano. Aunque no lo creas he venido a hablar de negocios”, dice Morgana a un sorprendido Miguel Ignacio que estaba pensando que Nicolás había cometido un estropicio. “Conocí a tu nuevo gerente de imagen, un joven encantador que me dijo que la constructora le dará prioridad a mi proyecto. Como condición necesito que utilices a tu gerente de imagen como mediador entre la constructora y Century Corp.”, le dice. Miguel Ignacio llama a Nicolás quien le dice que su nona está muriendo tras lo cual le cuelga el teléfono.  “Francesca se muere, doble motivo para celebrar”, piensa Miguel Ignacio.

Charo habla con Joel quien le cuenta acerca de la gravedad de Francesca. Charo decide hablar con Isabella y le dice que su madre está muy grave pero ella no le cree. “En este momento están con ella Fernanda, Nicolás, Joel y Peter, nada te cuesta ir a comprobar que es cierto. Tal vez sea la última oportunidad de que veas a tu mamá con vida”, le dice. Isabella se queda pensativa. Charo va en busca de su hija Grace para contarle lo que está sucediendo. “Deberíamos estar allí para apoyar a Fernanda y Nicolás, ¿no crees?”, responde la hija de Charo.

El médico que atiende a Francesca le dice que Nicolás y Fernanda que su estado de salud sigue igual. Llegan Charo y Grace a la clínica. “Parece que mi nona ya no quiere vivir”, les dice Nicolás. Luego se va con Grace a la cafetería. “Me imagino cómo te debes sentir”, le dice. “Le di la espalda a mi nona en el peor momento. Siento que me odio”, responde Nicolás y entonces Grace le toma la mano. Se quedan mirando pero de pronto llega Rubí y abraza a Nicolás y lo besa en la mejilla. “Mi amor no sabes cuánto lo siento”, le dice Rubí. “Mi nona todavía no ha muerto”, le dice Nicolás. “Ella es una mujer muy fuerte, estoy segura que saldrá de esto”, responde Rubí y luego le dice que cuando llegó a la clínica vio que hay una capilla. “Mi madre siempre me dijo que hay que tener en cuenta el poder de la oración”, le dice. “Ojalá que cuando la vieja se muera te deje algo de su fortuna”, piensa mientras lleva del brazo a Nicolás.

Francesca está inconsciente pero en sus sueños ve a su padre y su exesposo Mariano Pendavis que están en una playa vestidos de blanco y sentados en una mesa con tres sillas. Francesca les dice que siente mucha paz y que quiere quedarse con ellos. “No te sientes, todavía no es tiempo, la familia te necesita”, le dice su padre. “¡Mi familia me odia!”, responde Francesca tras lo cual su padre y Mariano desaparecen. Luego recupera el sentido y el médico le dice a sus familiares que Francesca quiere hablar con su nieto que justamente regresa con Rubí de la capilla. “Nona perdóname, debí venir antes”, le dice Nicolás a su abuela. “¿Isabella no ha venido?”, pregunta.  “Aquí estoy mother. Te prometo que pronto volveremos a la casa y todo volverá a ser como antes forever and ever”, le dice su hija.