Gladys y Miguel Ignacio son presa de la desesperación al enterarse de que su hijo Oto desapareció del nido donde pasaba las mañanas.
Nicolás descubre en su cuarto que la totalidad de su ropa ha desaparecido. Le pregunta a Monserrat pero ella le dice que la ropa está en su closet. De pronto Nicolás siente olor a quemado y ve que los González están quemando algo. Sale a ver y se da cuenta que es su ropa. “Esto es para que cumplas con tu hija. La próxima vez quemaremos tu ropa pero contigo dentro”, le dicen.
Lucifer y Félix están en la constructora y no dejan de mirarse. Llegan Isabella y Susú y le dicen que han venido a una boda, la suya, que son la novia y la testigo. Félix verifica su lista de invitados y las hace pasar al despacho. Entran e Isabella le pregunta a Miguel Ignacio por el juez de paz que no llega.
Reyna, Lucho y sus hijos llegan a su casa llevando a Anthony Pichilingüe Manicero a quien interroga para saber si es novio de Shirley. Ella dice que sí y él que no. Reyna pregunta desde cuando están saliendo y Shirley le dice que desde hace dos meses. “Sí, y vamos al cine”, dice Anthony lo cual arranca un rugido a Reyna que sabe de las funciones cinematográficas de su hija.
Gladys se da cuenta que se le ha hecho tarde para recoger a Oto del nido. Mientras tanto el niño al ver la puerta abierta del nido, sale y empieza a caminar por la calle, solo. Gladys llega al nido a buscar a su hijo pero el niño no está.
Fernanda enfrenta a Joel. “Estuve en la Escuela de Arte. Te pagaron S/.50 soles. ¿Y este departamento lo pagaste con esos S/.50? Me voy a la casa de mi nona, no puedo vivir con un mentiroso”, le dice. “¡La plata me la prestó Peter!”, alcanza a decir. “Hablé con él y dudo mucho que te haya prestado dinero. Si esta es una de tus mentiras…”, le dice e inmediatamente telefonea a Peter. Este le dice que no le prestó nada a Joel. “Recordaba que le hice jurar a Peter que no te dijera nada”, le dice. Fernanda vuelve a tomar el teléfono y conmina a Peter a que le diga la verdad. Y este por temor de arruinar la relación de Fernanda le dice que sí le prestó el dinero a Joel. Pero queda intrigado pues no sabe de dónde Joel sacó el dinero para pagar el departamento.
Viviana llega a la productora dispuesta a realizar su proyecto en Polonia y se encuentra a Manolo que está recostado en un sofá. Se extraña de verlo porque lo hacía en París y más cuando él le dice que pronto se irá a Nairobi. “Esto está raro. A ver siéntate aquí y me explicas qué está pasando”, le dice Viviana.
A la oficina de Miguel Ignacio llega el juez de paz y se dispone a realizar la “boda civil” de Isabella. La novia está impaciente, piede a todos que apaguen sus celulares y más irritada está cuando Susú interrumpe el inicio de la ceremonia porque quiere ir al baño.
Gladys se desespera porque su hijo no está en el nido. La miss le dice que acaba de recordar que el padre del niño lo vino a recoger. Gladys decide llamar a Miguel Ignacio pero su celular está sin batería y se da cuenta que no trajo dinero. Llega a casa de los González y se encuentra con Teresa. Oto no está en la casa. Gladys empieza a llorar desconsoladamente.
Manolo le confiesa a Viviana que la tomas de Beirut y París las hizo desde el estudio de Raúl. “Mi cabeza estaba hecha puré por el matrimonio con Teresa y el señor Raúl me propuso lo de los reportajes y yo acepté”, le confiesa. “Pues ya no habrá más reportajes”, afirma Viviana.
Fernanda y Joel siguen discutiendo acerca del “préstamo” que le hizo Peter. “Quedamos en que saldríamos adelante por nuestra cuenta. Y ahora estoy molesta con Peter y contigo porque no me dicen la verdad”, le dice Fernanda. De pronto alguien detrás de ellos habla: “¿Y ustedes quiénes son y qué hacen aquí?”. Son los administradores del edificio. “Somos los inquilinos del departamento”, responde Joel. “Los vecinos nos han dicho que han escuchado ruidos en el departamento de los Bogani”, le dice el administrador. “¡¿Bogani?!”, exclama Fernanda. “Joel, ¿qué está pasando aquí? Ahora entiendo todo, los dos mil dólares, el departamento... adiós”, le dice y sale corriendo. Joel la alcanza y ella le reclama por sus mentiras. Joel se ve forzado a confesar todo. “¡¿Cómo pudiste Joel?!”, le reclama ella. “Fernanda, lo hice por ti”, responde Joel.
Gladys llama a Lucho a la constructora y le pregunta si Oto está ahí. El “matrimonio civil” se detiene e Isabella empieza a impacientarse porque cree que todo se trata de un truco. Lucho le dice a Miguel Ignacio que en el nido le han dicho que él recogió a su hijo. “Aquí no está”, exclama. Gladys escucha, lanza un grito y cae desvanecida. Teresa toma el celular y le dice a Lucho que le pase el teléfono a Miguel Ignacio. “¡Una mano negra ha secuestrado a Oto! ¡Hay que buscarlo antes que sea tarde!”, le dice Teresa. Miguel Ignacio está a punto de desmayarse y le pide a Lucho que maneje su auto porque él está muy nervioso para hacerlo. Sale de la oficina rumbo a Las Lomas. “¡Qué horrible mujer! ¡Secuestrar a su propio hijo para impedir tu boda Isabella!”, dice Susú al salir de la oficina con su indignada pinky friend.
“Qué pena me da comprobar lo que todo el mundo dice de ti. La más feliz con todo esto debe ser tu querida Cayetana”, le dice Fernanda. “Te amo Fernanda, lo hice por ti”, responde Joel. “Yo también te amo, el amor es ciego y no me permitió ver que sigues siendo el mismo inmaduro de siempre. Quién me hubiera dicho que tendría que estar agradecida con mi peor enemiga para no cometer la estupidez de volver a casarme contigo. Si de veras de amas te pido que no me hagas más daño”, le dice Fernanda y lo deja.
Charo, Teresa y Reyna tratan de consolar a Gladys que está totalmente fuera de sí porque hijo no aparece. “Acabo de llamar al Serenazgo y dicen que no han encontrado a ningún niño con sus características pero van a seguir buscando”, dice Grace. Reyna le dice que le hará una tisana doble para tranquilizarla.
Fernanda llega a Las Lomas y se encuentra con Peter. Le cuenta todo lo que pasó. “Ahora Joel está muerto para mí”, le dice. Mientras tanto, Isabella está en su casa con Susú y le cuenta a su madre que su boda se arruinó por culpa de Gladys y su hijo Oto. Fernanda entra a su casa y se encuentra con Francesca. “Nona, tenías razón, Joel no es para mí”, le dice. Mientras tanto, en las afueras del complejo de departamentos donde estuvo viviendo, Joel está totalmente deprimido y derrotado. “¿Por qué todo me tiene que salir mal siempre?”, se pregunta.
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