AFHS: Pepe y Tito descubren que Francesca está viva

Charo le da su primera clase de cocina a Isabella. “No pensé que fuera tan fácil”, dice la madre de Nicolás. “No olvides que lo principal es sancochar los alimentos y saber hacer el arroz”, le aconseja Charo. “¡Muchas gracias Charito! ¡Mañana vengo para mi segunda clase!”, dice Isabella y se retira. Mientras tanto Teresa le está enseñando sus coreografías a Susú que sigue empeñada en dedicarse a los espectáculos infantiles. “Ay mamá, quien lo diría, mi tía Teresa dándole clases de baile a Susú y tú enseñándole a cocinar a la señora Isabella”, le dice Grace a su madre.

Socorro decide ir al salón de belleza para estar muy bien arreglada a la hora que los González en pleno lleguen a la cena a la que los han invitado. Al volver se pone un vestido de Francesca, lo cual no es muy del agrado de Peter. “Pero qué tiene de malo, no lo voy a desperdiciar”, responde justificándose.

Los González llegan a la ahora casa de los Rojas. Se sientan a la mesa y empieza el laberinto, se sirven de todo y comen apurados como si todo se fuera acabar o se lo fueran a quitar y lo mismo pasa con el vino. Todos hablan en voz alta a la vez. Peter solo atina a mover la cabeza. Cuando terminan de comer todos están que revientan. “¡Qué empiece la fiesta!”, grita de pronto Teresa y todos salen a bailar. Peter termina bailando con Reyna y Pepe y Tito beben cerveza teniendo en sus brazos las supuestas cenizas de Francesca. Y para completarla tiran los residuos de la cerveza al piso de la sala.

Isabella y su familia no pueden dormir con el escándalo. Bruno llama al Serenazgo para que haga algo al respecto pero no le hacen caso. “¿Dónde estará Fernandita?”, pregunta Isabella. “No te sorprendas que se fue a buscar a Joel”, le dice Nicolás. Mientras tanto Fernanda conversa con su nona acerca de la situación que atraviesa su familia. “No sé cómo voy a hacer para parar esto”, le responde Francesca.

A la mañana siguiente Peter, Socorro y Manolo se disponen a desayunar. “Hiro, Monserrat ¿ya tiene todo listo? En adelante se sentarán a la mesa con nosotros”, les dice Peter. “Salvo cuando haya visitas”, añade Socorro.

Los González hacen cola para usar el único baño de su casa que está ocupado por Bruno. Todos lo apuran para que salga pero lo único que le escuchan decir es que lo que está haciendo es muy difícil. Finalmente sale y está vestido de payaso de la cabeza a los pies. Los González sueltan la carcajada y hasta se toman un selfie. Luego ingresa Isabella al baño que acaba de usar don Gilberto y tiene que contener el aliento por la pestilencia. Decide tomar un baño y empieza a dar de alaridos porque no resiste el agua fría.

Susú y Bruno ofrecen su primer show infantil ante numerosos niños y al parecer todo les está saliendo a pedir de boca. Susú está feliz pero Bruno llora por dentro y por fuera.

Pepe y Tito detienen su micro para que baje un pasajero. “Oye ¿ese no es el doctor? ¡Ya está con otra cocha billetona!”, dice Tito. Ambos se acercan y empiezan a recriminar a Carlos Cabrera que está abrazado a una mujer que está de espaldas y que lleva un pañuelo que le cubre el cabello. “Mira lo que nos trajo el corredor azul. O sea que esta es tu base de operaciones y ya tienes a tu próxima víctima. ¡Anciana, corra por su vida, consígase un andador! ¡Hay que llamar a la policía porque un asesino no puede andar libremente por la calle! ¡Todas las ancianas están en peligro por el doctor muerte! ¡O mejor te decimos doctor trafa!”, le dicen. Carlos trata de defenderse diciendo que la muerte de Francesca fue un accidente pero Pepe y Tito insisten en su postura. “¡Corra anciana, corra por su vida!”, le gritan a la mujer del pañuelo. “¡¡¡Basta ya!!!”, dice la mujer que no es otra que Francesca que para que no la reconocieran uso una peluca, lentes oscuros y un pañuelo. Pepe y Tito no pueden creer lo que están viendo. “¡¡Es un fantasma!! ¡Corre por tu vida!”, gritan Pepe y Tito. “¡No soy ningún fantasma! ¡Estoy viva! ¡Todo fue parte de un plan!”, les dice Francesca. Pepe y Tito dicen que le contarán todo a los Maldini que están sufriendo. “Tenemos libertad de expresión”, dicen. “Papi, hay que fondear a estos dos”, le pide a Carlos. Pepe y Tito están aterrados.

Nicolás está sentado en una banca en el parque que esta frente a su casa. Está melancólico. Grace lo ve de lejos y se le acerca. “¿Todo está bien?”, le pregunta. Nicolás le dice que se siente solo. “Antes mi nona era lo más importante de mi vida pero desde que nació Nelly Francesca las cosas cambiaron. A mi padre no le interesa que mi nona haya muerto, mi mamá no para de dar alaridos porque ahora es pobre, mi abuelo se comporta con un verdadero payaso y Fernanda, pues de ella no sé ni dónde está”, le dice. Grace le recomienda seguir adelante en beneficio de Nelly Francesca que debe verlo siempre sonriente y feliz. Finalmente Grace abraza a Nicolás. “El hecho de que me acerque a ti, no significa que quiera tener algo contigo. Solo me preocupa tu estado”, le dice Grace. “¿Puedo hacerte una pregunta? ¿Crees que me equivoqué con Rubí?”, pregunta Nicolás. “¡¿Cómo me puedes preguntar eso a mí?! Tú estás libre, Rubí le encanta a toda tu familia. Es la mujer perfecta”, responde Grace. “A mi nona no le gustaba. Y hasta me dijo que la mujer perfecta para mí eras tú”, le cuenta.

Cayetana llega a Huamanga y va en busca de Joel. “Regresa por donde viniste”, le pide. “Entonces tendré que buscarme una habitación en un hotel, una habitación de US$200”, dice Cayetana. “Creo que tenemos una habitación al fondo, ¿no?”, le dice Joel a Igor que se frota las manos. Joel la lleva a una gran habitación. “Debo decirte que el pago es por adelantado”, le dice. Cayetana le adelanta el pago en dólares y hasta le da dinero a Igor por haberla ayudado con las maletas.

Manolo está esperando a Luciana en el cine. Recibe otro mensaje de Rubí y vuelve a dudar en responderle o no. Hasta que decide ir en su busca pero en ese instante llega Luciana. Manolo reflexiona y piensa que Luciana es la mujer de su vida que ha llegado en el momento exacto. Pero cuando están haciendo la cola para comprar las entradas, las dudas lo empiezan a asaltar otra vez. “Qué larga está la cola. Mejor yo compro las entradas mientras tu compras la canchita”, le propone. Luciana acepta y Manolo se aleja.

Pepe y Tito están “fondeados” en un gran jacuzzi mientras Francesca y Carlos les piden que mantengan su secreto. “Pero ese secreto va a tener problema de liquidez”, le dice Tito. “¿Liquidez? Creo que están abusando”, responde Francesca. “Liquidez pues, una caja de cerveza”, le pide Pepe. Y Tito pregunta si pueden pedir de comer. Al final Francesca acepta las peticiones de los amigos.