La madre de Sheyla y Johnny encuentra a su marido muy acaramelado con Bárbara Aurich y arma un gran escándalo.
Alertada por el aviso de Rubí, Reyna sale rumbo al parque que está cerca de su casa porque quiere atrapar con las manos en la masa a Lucho, su marido. La innombrable, haciéndose pasar por una amiga le dice que Lucho está en un convertible rojo con una rubia.
Reyna llega al parque ayudándose de un andador y divisa a Lucho sentado al lado de Bárbara en un auto rojo. “¡Qué me vas a decir!”, grita Reyna y Lucho se hace el que no la conoce. “¿Esta no es la chusca que se metió a mi fiesta la vez pasada?”, dice Bárbara extrañada. “¡Cuál es tu chusca oye Barbie vieja! ¡Yo me desgracio!”, vuelve a gritar Reyna y la emprende contra la rubia a quien toma de los cabellos.
Lucho baja del auto y trata de calmar a Reyna. “Señora, por favor, yo soy Chacho Dammert”, le dice. “¡Qué Chacho Dammert! ¡Tú eres Lucho González!”, exclama Reyna. A Lucho no le queda más que admitir que efectivamente es quien dice Reyna. “¡¿Y ella es tu esposa?!”, pregunta espantada. “¡Claro que soy su esposa! ¡Mosquita muerta!”, le grita Reyna. Bárbara jura que no sabía nada pero Reyna está dispuesta a darle un escarmiento a la rubia que termina huyendo.
Reyna la emprende contra Lucho pero de pronto se detiene. “Creo que hay que darle algo más de vida a Chacho Dammert… ¡Ya sé, quiero ser la mujer de Chacho Dammert!”, dice resuelta y obliga a sum arido a que la lleve a almorzar y luego de compras.
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