El aumento de aranceles entre EE.UU. y China está afectando a fabricantes de juguetes, que consideran mudar su producción fuera de China para evitar la quiebra.
La escalada arancelaria entre Estados Unidos y China vuelve a golpear a las empresas con presencia en Asia. Huntar Company, fabricante de juguetes que abastece a gigantes como Walmart y Target, atraviesa su peor momento financiero tras la imposición de un arancel del 145 % sobre productos chinos, decretado por el presidente Donald Trump.
Desde el pasado 9 de abril, clientes comenzaron a cancelar pedidos a la planta ubicada en Guangdong. La producción cayó entre un 60 y un 70 %, según confirmó Jason Cheung, CEO de la compañía, quien también detalló el despido de más de 130 empleados y la reducción de horas y salarios al resto del personal en su fábrica de Shaoguan.
Frente a un escenario insostenible, la empresa —fundada hace 42 años— analiza reubicar su operación en Vietnam, en busca de menores costos y estabilidad. La medida, aunque arriesgada, podría ser la única vía para evitar la quiebra y mantener su vínculo comercial con Estados Unidos.
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La prolongada tensión comercial entre Estados Unidos y China está dejando secuelas en industrias clave, como la de juguetes. Huntar Company, una de las tantas afectadas, evalúa trasladar su producción fuera de China ante la caída drástica de pedidos. La medida busca evitar una posible quiebra en medio de la imposición de aranceles del 145 %, impulsados por el expresidente Donald Trump.
Jason Cheung, CEO de Huntar, advirtió que no es un caso aislado. Según The Toy Association, el 80 % de los juguetes fabricados globalmente se destinan al mercado estadounidense. Sin embargo, el aumento de aranceles ha paralizado pedidos y puesto en riesgo miles de empleos.
Aunque Trump sostiene que los aranceles motivarán a repatriar la producción, empresarios argumentan que países alternativos como Vietnam carecen de infraestructura, maquinaria y mano de obra calificada para sostener la transición. Además, el tiempo juega en contra: muchas empresas podrían quedarse sin fondos antes de reorganizarse.
China, mientras tanto, aún busca cómo compensar la pérdida del mercado estadounidense.
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