Kilmar Ábrego García fue deportado por error a El Salvador pese a una orden de la Corte Suprema. Trump y Bukele se desentienden del caso. ¿Qué pasará con el inmigrante salvadoreño?
El caso de Kilmar Ábrego García ha generado indignación y debate en ambos lados de la frontera. Este inmigrante salvadoreño fue deportado erróneamente desde Estados Unidos al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, a pesar de que una orden del Tribunal Supremo de EE.UU. solicitaba su regreso inmediato al país. Las declaraciones contradictorias de los gobiernos de Donald Trump y Nayib Bukele han dejado al hombre en un limbo legal sin precedentes.
"No voy a enviar a un terrorista a Estados Unidos", dijo Bukele al ser consultado por la prensa local, a pesar de no existir pruebas legales que vinculen a Ábrego con actividades criminales. Por su parte, Pam Bondi, fiscal general estadounidense, argumentó que el regreso del inmigrante está en manos del gobierno salvadoreño. Mientras tanto, Ábrego sigue encarcelado sin explicaciones claras.
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Una vida truncada por acusaciones sin sustento
Kilmar Ábrego llegó a EE.UU. desde San Salvador a los 16 años, escapando de la violencia de pandillas que amenazaban a su familia. Trabajó en construcción, formó una familia y cuidaba de tres niños, dos de ellos con autismo. En 2019, fue arrestado en un Home Depot bajo sospechas de pertenecer a la MS-13, aunque nunca se presentaron pruebas, ni había vivido en Nueva York, donde supuestamente operaba esa célula.
Un juez reconoció su miedo fundado de volver a El Salvador y le otorgó protección y permiso de trabajo. Aun así, el 12 de marzo de 2025 fue detenido y deportado sin aviso previo a su familia. Hoy está en el Cecot, tildado de "terrorista" sin juicio alguno.
Las implicaciones para toda la comunidad migrante
Expertos como Laurence Tribe, de la Universidad de Harvard, advierten que este caso sienta un peligroso precedente: "El argumento del gobierno implica que podría deportar a cualquiera, incluso ciudadanos estadounidenses, sin consecuencias legales mientras lo haga antes de que intervenga un tribunal", dijo a NPR.
La negativa de Trump y Bukele a cumplir con la Corte Suprema pone en tela de juicio la vigencia del Estado de derecho en ambos países. Y para la comunidad inmigrante, el caso de Ábrego es un recordatorio brutal de cuán frágil puede ser su situación, incluso con protecciones legales vigentes.
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