Una densa capa de humo proveniente de Canadá llevó al área metropolitana a niveles de calidad del aire catalogados como insalubres, según el índice AQI.
Aunque usualmente son Los Ángeles o Miami las ciudades que encabezan las listas por mala calidad del aire, esta semana fue Chicago la que sorprendió al liderar el ranking de contaminación atmosférica en Estados Unidos, e incluso a nivel mundial. Solo Dakar, en Senegal, la superó en niveles de polución, según el índice publicado por IQAir.
El 5 de junio, los cielos grises sobre Chicago no eran producto del smog urbano, sino del humo de los incendios forestales canadienses que fue arrastrado por los vientos hacia el medio oeste del país. Esto provocó que el índice de calidad del aire (AQI) en la ciudad alcanzara los 160 puntos, una cifra considerada “insana” por la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
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Los efectos del AQI en ese rango van más allá de molestias menores. “Un nivel de 160 en el índice de calidad del aire puede causar problemas respiratorios incluso en personas sanas si se exponen durante un tiempo prolongado”, advierte la EPA en sus directrices. Grupos vulnerables como niños, adultos mayores o personas con asma deben evitar actividades al aire libre en esas condiciones.
Medios locales como News 12 informaron que esta capa de neblina persistente sobre Chicago generó un ambiente opresivo e inusual. Sin embargo, a medida que los vientos comenzaron a cambiar de dirección, el humo comenzó a disiparse y la calidad del aire mostró signos de recuperación. Aun así, los especialistas advierten que este tipo de fenómenos podrían volverse más frecuentes. “El cambio climático está intensificando los incendios forestales, y sus efectos no respetan fronteras”, alertó IQAir.
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