Los agentes incautaron más de 680 kilos de pargo rojo y tres lanchas que operaban en la zona económica exclusiva de EE.UU.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), en colaboración con la Guardia Costera, realizó un operativo frente a la costa de Texas en el que detuvo a 13 pescadores mexicanos sin documentación. La acción se llevó a cabo en la Zona Económica Exclusiva estadounidense, una zona marítima estratégica para el control migratorio y ambiental.
Durante la intervención, las autoridades interceptaron tres embarcaciones que operaban al norte de la Línea Fronteriza Marítima. Las lanchas rápidas contenían equipos de pesca y 680 kilos de pargo rojo, especie de alto valor comercial. Los arrestados fueron trasladados para su procesamiento migratorio, mientras que las embarcaciones y materiales fueron decomisados.
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ICE amplía su ofensiva hacia las aguas del Golfo de México
El operativo no fue un hecho aislado. Representa parte de una estrategia más amplia que extiende la vigilancia de ICE más allá de las zonas terrestres. Con el uso del término “Golfo de América”, las autoridades refuerzan un discurso de soberanía y control integral de sus fronteras. La detención de los pescadores no solo responde a temas migratorios, sino también al combate de la pesca no autorizada, vinculada en ocasiones al crimen organizado.
Pesca ilegal y crimen transfronterizo se cruzan en el mar
La Guardia Costera ha alertado sobre el uso de lanchas rápidas, de entre 6 y 9 metros, que pueden alcanzar velocidades de hasta 50 km/h, lo cual facilita tanto la pesca furtiva como el tráfico de drogas y personas. La tecnología y movilidad de estas embarcaciones reflejan una evolución en los métodos de las redes ilícitas.
Los operativos en el Golfo han evidenciado que especies como el pargo rojo son blanco frecuente de estas redes, ya que su venta en el mercado ilegal puede financiar otras actividades delictivas. Esto convierte a la pesca ilegal en un punto de atención crucial para las autoridades, no solo por su impacto ambiental, sino también por sus implicancias criminales.
Las operaciones se replican en otras costas del país
El pasado 15 de junio, una operación similar tuvo lugar frente a las costas de California. Un barco sin luces fue interceptado por la patrulla del Cutter Active (WMEC-618) a 35 kilómetros de La Jolla. En su interior se hallaron 11 ciudadanos mexicanos intentando ingresar de forma irregular al país. Aunque en este caso no hubo pesca involucrada, la acción confirmó el uso creciente de rutas marítimas para eludir los controles fronterizos.
Bajo una política de “cero tolerancia”, ICE ha intensificado su presencia en el mar. A través de sus redes sociales, la agencia envió un mensaje claro: “También estamos en el agua”. La estrategia retoma elementos de la línea dura impulsada durante la administración Trump, al tiempo que incorpora nuevas tecnologías y colaboración interinstitucional.
La presencia activa del ICE en zonas marítimas refleja una transformación profunda en la lógica del control migratorio en Estados Unidos. Lejos de los espacios urbanos o las estaciones fronterizas tradicionales, ahora la vigilancia incluye litorales y aguas profundas, ampliando el alcance de los operativos y evidenciando la prioridad que representa el control de rutas alternativas de ingreso.