Un cambio en la política migratoria permite a los jueces cerrar casos de asilo sin audiencia formal, acelerando las deportaciones en EE.UU.
Miles de inmigrantes enfrentan una nueva barrera para permanecer en Estados Unidos. Una reciente instrucción de Sirce Owen, directora interina de la Oficina Ejecutiva de Revisión de Casos de Inmigración (EOIR, por sus siglas en inglés), permite a los jueces rechazar casos de asilo sin realizar una audiencia formal. Esta medida podría excluir del sistema a solicitantes que aún esperan respuesta, afectando sus posibilidades de defensa.
En este nuevo contexto, los solicitantes de asilo corren el riesgo de ver sus casos cerrados de manera anticipada si no presentan desde el inicio una justificación legal sólida conforme a los requisitos establecidos por la ley estadounidense. Esto complica especialmente a quienes no lograron explicar adecuadamente su situación en su solicitud inicial.
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Cambios en el proceso de asilo endurecen las reglas para los solicitantes
La nueva política establece que si un juez determina que una solicitud de asilo no argumenta correctamente una causa protegida —como persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social en particular o postura política— podrá desestimar el caso sin necesidad de audiencia. Esto pone en desventaja a miles de inmigrantes que podrían quedar fuera del sistema sin la oportunidad de defenderse frente a un juez.
El memorando interno de Owen detalla que la evaluación preliminar se centrará en detectar la ausencia de fundamentos legales claros desde la presentación inicial. La falta de precisión o errores formales podrían sellar el destino de muchos migrantes que buscan protección en EE.UU.
Saturación histórica en la Corte de Inmigración motivó la medida
Según la directora interina Sirce Owen, la Corte de Inmigración enfrenta un atasco sin precedentes, con más de 3.7 millones de casos acumulados, la mayoría relacionados con solicitudes de asilo. Esta sobrecarga ha llevado a la implementación de políticas más estrictas para agilizar los procesos.
Una práctica similar se implementó durante el primer mandato de Donald Trump, donde se establecieron cuotas de resolución de casos por mes, favoreciendo las deportaciones rápidas y limitando las oportunidades de los inmigrantes para presentar sus defensas completas. La medida actual, aunque presentada bajo otro contexto, refleja preocupaciones recurrentes en la política migratoria estadounidense.
Un escenario de mayor vulnerabilidad para los inmigrantes
La cancelación de casos de asilo en EE.UU. deja en una situación de alta vulnerabilidad a quienes, por desconocimiento del proceso o falta de asistencia legal, no logran demostrar desde el primer momento los requisitos exigidos por la ley. Organizaciones defensoras de derechos humanos advierten que miles podrían ser deportados sin siquiera tener oportunidad de una audiencia justa, afectando seriamente su derecho al debido proceso.
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