EE.UU. suspende aportes a Gavi, cuestionando manejo de vacunas; otros donantes como Alemania y Gates responden apoyando la causa.
El secretario de Salud de EE.UU., Robert F. Kennedy Jr., anunció que el país dejará de financiar a Gavi, la alianza global para la compra de vacunas destinada a comunidades vulnerables en países pobres. La decisión, presentada durante una cumbre en Bruselas, se fundamenta en cuestionamientos sobre la seguridad de ciertas vacunas, como las del COVID-19 y la DTPw.
Desde 2001, EE.UU. había aportado alrededor de U$D 300 millones anuales a Gavi, pero ahora exige "recuperar la confianza pública" mediante un enfoque basado en ciencia rigurosa. Gavi respondió reafirmando el compromiso con la seguridad y el respaldo técnico de la OMS.
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Reacción y respaldo internacional
El retiro del apoyo estadounidense representa una sacudida para Gavi, que busca recaudar U$D 9 mmll para el periodo 2026–2030. No obstante, donantes como Alemania, Noruega y la Fundación Gates ya comprometieron fondos sustanciales en respuesta.
Expertos y líderes sanitarios advierten que esta medida podría revertir avances en vacunación infantil en países en desarrollo. Desde su creación, Gavi ha reducido la mortalidad infantil a nivel global, salvando millones de vidas, y cualquier recorte pone en riesgo estas ganancias.
Implicaciones para la salud global y la reputación de EE.UU.
El anuncio llega en un momento delicado para la salud mundial, cuando la lucha contra la desinformación sobre vacunas se intensifica. El gesto de EE.UU. podría interpretarse como una ruptura en su liderazgo humanitario, debilitando su rol como actor confiable en salud pública internacional.
Dentro de EE.UU., la decisión ha generado polarización; defensores de la salud pública temen un efecto dominó que debilite la respuesta ante futuras pandemias, mientras críticos celebran la exigencia de mayor transparencia. El equilibrio entre seguridad y solidaridad internacional está ahora bajo escrutinio.