En Estados Unidos, el proceso para declarar oficialmente al presidente electo es complejo y requiere la certificación de varias instituciones clave, desde el Colegio Electoral hasta el Congreso.
Elegir al presidente de Estados Unidos es un proceso que va mucho más allá de la votación popular. Aunque millones de estadounidenses votan el primer martes de noviembre, el ganador no se declara oficialmente hasta después de una serie de pasos que incluyen al Colegio Electoral y al Congreso. Este recorrido no solo valida los resultados, sino que garantiza la legitimidad del próximo presidente.
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Antes de las elecciones, el Archivero de los Estados Unidos, encargado de gestionar los documentos gubernamentales más importantes, envía una carta a cada gobernador. En esta carta se establecen las responsabilidades de los estados en el proceso del Colegio Electoral. Tras el día de las elecciones, los gobernadores emiten un Certificado de Determinación en el que enumeran a los electores asignados al candidato ganador en cada estado.
La elección en el Colegio Electoral
Una de las características únicas de EE.UU. es que el presidente es elegido por el Colegio Electoral, y no directamente por el voto popular. Cada estado designa un número de electores equivalente a su representación en el Congreso, y estos electores se reúnen en sus respectivas capitales el primer martes después del segundo miércoles de diciembre (en 2024, el 17 de diciembre) para votar formalmente por presidente y vicepresidente. Aunque parece un acto simbólico, es un paso crucial para cumplir con la Constitución.
El 6 de enero, el Congreso de EE.UU. se reúne en una sesión conjunta para contar los votos del Colegio Electoral y certificar oficialmente al próximo presidente. La sesión es presidida por el vicepresidente en funciones, quien revisa los resultados de cada estado. En casos raros, puede haber objeciones, pero estas deben ser firmadas por miembros de ambas cámaras. Tras el conteo y si no hay objeciones válidas, el vicepresidente declara al próximo presidente de EE.UU. Esta ceremonia es una tradición solemne que asegura la transparencia del proceso democrático.
Después de la certificación, los documentos oficiales, llamados Certificados de Determinación y Certificados de Voto, se guardan en la Oficina del Registro Federal por un año y luego se transfieren a los Archivos Nacionales. De esta manera, los registros de cada elección quedan disponibles para consultas futuras, promoviendo la transparencia del proceso.
¿Qué pasa si hay un empate?
Si ningún candidato alcanza la mayoría en el Colegio Electoral, la elección se decide en la Cámara de Representantes, donde cada estado tiene un solo voto. Esta situación, aunque poco común, se dio en 1824, cuando John Quincy Adams fue elegido presidente.
Video: YouTube | Noticias Telemundo
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