Con millones en juego, Estados Unidos retoma la construcción del muro fronterizo en una zona clave. Descubre dónde y por qué dicen que es un punto crítico en esta nota.
La seguridad en la frontera sur de Estados Unidos vuelve a estar en el centro de atención. El gobierno federal ha retomado una de sus iniciativas más controversiales con una nueva inversión que promete reforzar los esfuerzos para controlar los cruces irregulares y combatir el tráfico de personas y drogas. La medida, liderada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), ha generado debate, pero también marca el cumplimiento de una promesa política que vuelve a cobrar fuerza.
Esta vez, no se trata solo de vigilancia o tecnología, sino de una acción concreta que implica ladrillo, acero y millones de dólares. La administración actual avanza con un contrato que permitirá ampliar la estructura física que separa a Estados Unidos de México, en un área considerada crítica por las autoridades. ¿Por qué ahora y qué impacto puede tener esta decisión en la región y en la política migratoria del país? Aquí te contamos todos los detalles al respecto del muro fronterizo.
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Muro fronterizo seguirá en construcción en este estado de USA
El gobierno de Estados Unidos dio un nuevo paso en su política de control migratorio al anunciar la continuación de la construcción del muro fronterizo en el estado de Arizona. Esta vez, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) adjudicó un contrato para levantar 43 kilómetros adicionales en el condado de Santa Cruz, una región ubicada al sur del país, en la frontera con México. La obra estará a cargo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), bajo las directrices de Donald Trump.
Según el comunicado oficial, el contrato fue asignado a la empresa Fisher Sand & Gravel Co. por un monto total de 309 millones de dólares, y representa el segundo acuerdo dentro de esta nueva etapa de gobierno de Trump. La CBP, en este sentido, detalló que los fondos para esta construcción provienen del presupuesto asignado para el año fiscal 2021, y estarán destinados a cerrar los tramos del muro que habían quedado inconclusos tras la cancelación de contratos durante la administración de Joe Biden.
La zona de Santa Cruz, donde se enfocará esta nueva extensión, forma parte del sector Tucson, considerado por las autoridades como un punto crítico en el control fronterizo. De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, esta región registra un elevado número de cruces ilegales, tanto de personas como de cargamentos de narcóticos. Por esta razón, el muro busca actuar como una barrera física que limite estas actividades y refuerce el monitoreo por parte de las autoridades estadounidenses.
Con este nuevo tramo, la administración de Trump busca fortalecer la capacidad del Departamento de Seguridad Nacional para impedir el ingreso no autorizado al país, así como combatir el tráfico de personas y drogas por parte de organizaciones criminales transnacionales. La medida forma parte de una estrategia más amplia de seguridad que, aunque genera divisiones en la opinión pública, avanza con pasos firmes en sectores donde las autoridades consideran que el muro puede marcar la diferencia.