El gobierno de EE.UU. reinstauró el programa "Quédate en México", que obliga a solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se resuelven sus casos en cortes migratorias estadounidenses.
Estados Unidos ha reactivado el programa "Quédate en México", una polémica política migratoria que obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras esperan la resolución de sus casos en las cortes estadounidenses.
La medida, oficialmente denominada Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), fue implementada originalmente durante la administración de Donald Trump y posteriormente revocada por Joe Biden. Sin embargo, con el regreso de Trump a la Casa Blanca, la iniciativa ha sido restablecida como parte de un endurecimiento de las políticas migratorias.
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El anuncio de la reactivación de "Quédate en México" ha generado reacciones encontradas. Mientras que el gobierno estadounidense sostiene que la medida busca reducir la inmigración irregular y evitar el abuso del sistema de asilo, organizaciones de derechos humanos advierten sobre los riesgos que enfrentan los inmigrantes en territorio mexicano, incluyendo violencia, secuestros y condiciones precarias.
¿Cómo funciona el programa "Quédate en México"?
El programa MPP requiere que los solicitantes de asilo que llegan a la frontera sur de EE.UU. sean enviados de regreso a México, donde deben esperar sus audiencias ante jueces de inmigración estadounidenses. Durante este tiempo, los inmigrantes deben presentarse a sus citas en los puertos de entrada asignados, lo que puede prolongar su permanencia en México durante meses o incluso años.
Para su implementación, EE.UU. trabaja en coordinación con el gobierno mexicano, que debe aceptar la recepción de los inmigrantes. Adicionalmente, solo ciertos grupos están exentos del programa, como menores no acompañados, personas con problemas de salud graves y algunos casos de vulnerabilidad extrema.
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Impacto y críticas al programa
El restablecimiento de "Quédate en México" ha generado preocupación en organismos internacionales y activistas que denuncian que la política expone a los inmigrantes a condiciones peligrosas. Reportes previos documentaron miles de casos de violencia, secuestros y abusos contra solicitantes de asilo retenidos en ciudades fronterizas.
A pesar de las críticas, el gobierno de EE.UU. defiende la medida como una estrategia para disuadir la inmigración irregular y gestionar el sistema de asilo de manera más ordenada. No obstante, su efectividad sigue siendo un tema de debate.
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