Gardener’s Supply negocia su venta mientras empleados enfrentan la incertidumbre por fondos de retiro y un legado ambiental que podría desaparecer.
Gardener’s Supply Company, un referente en productos de jardinería ecológica en Estados Unidos, anunció su declaración de bancarrota bajo el Capítulo 11 tras acumular millonarias deudas, incluyendo obligaciones con Bank of America.
Fundada en 1983 en Burlington, Vermont, por el activista Will Raap, la empresa creció hasta superar los $100 millones en ingresos y contar con más de 400 empleados en la región noreste.
La transición de ventas por catálogo a comercio electrónico, junto con problemas en su software de gestión y el declive del sector minorista, complicaron su estabilidad. Aunque la pandemia elevó temporalmente sus ventas, estas volvieron a caer a niveles similares a los de hace una década.
El golpe decisivo fue la cancelación de su línea de crédito por parte de Bank of America, que afectó su liquidez y provocó un gravamen sobre su sede. Con deudas superiores a $8 millones y más de 30 acreedores, la empresa planea continuar operando mientras explora una posible venta.
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Incógnitas sobre el futuro de Gardener’s Supply y la seguridad de sus empleados
Gardener’s Supply continúa su proceso de bancarrota en Delaware mientras negocia la venta de sus activos con Gardens Alive!, un competidor interesado en adquirirlos por cerca de $9 millones.
Este acuerdo permitiría a la empresa seguir operando temporalmente y garantizar el pago de salarios durante la transición. La principal preocupación recae sobre los empleados, muchos involucrados en el plan de acciones para empleados (ESOP), quienes esperaban recibir beneficios para su retiro.
La bancarrota pone en riesgo esos fondos, afectando la estabilidad financiera de trabajadores actuales y antiguos, quienes ya han denunciado pérdidas significativas. Más que una empresa, Gardener’s Supply ha sido un referente en negocios con propósito social y ambiental, especialmente en Vermont.
Su posible desaparición representa un duro golpe para el modelo de propiedad compartida. Aunque la venta a Gardens Alive! podría preservar parte del legado, el impacto en la comunidad y en sus colaboradores es profundo y aún incierto.