Desde hace una década, este evento reúne a familias en la frontera entre Estados Unidos y México. Ellos tienen la oportunidad de verse así sea por unos minutos.
El pasado 2 de noviembre se realizó la tradicional y emotiva ceremonia Hugs Not Walls ("Abrazos, no muros" en español), que reunió a casi 200 familias en la frontera entre Estados Unidos y México, quienes se reencontraron después muchos años sin verse.
Adultos y niños cruzaron el Río Bravo para juntarse con sus seres queridos así sea por unos minutos. "No tuvimos alambre de púas, no tuvimos tantos soldados desplegados en nuestra comunidad", dijo Fernando García, director de la organización que lleva a cabo la actividad.
Asimismo, destacó los cambios en la seguridad fronteriza que se han visto desde que comenzaron estas reuniones la década pasada. "Se tuvo que abrir el alambre de púas para que las familias pudieran tener este evento", señaló a VOA News.
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¿Qué es Hugs Not Walls?
El evento es organizado anualmente por la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR, por sus siglas en inglés), y ha buscado promover la reunificación de familias migrantes, haciendo conciencia sobre las difíciles realidades que enfrentan aquellas personas que, debido a su estatus migratorio, viven separadas de sus seres queridos.
Las 200 familias pudieron ingresar al cauce del río bajo la supervisión de agentes de la Patrulla Fronteriza y de las autoridades mexicanas. Sin embargo, el tiempo de contacto fue limitado: las 2 000 personas que participaron en el evento sólo pudieron abrazarse durante tres minutos antes de ser escoltadas nuevamente a sus respectivos lados de la frontera.
La escena de madres, padres, hijas, hijos, hermanas y hermanos abrazados en medio del río Bravo resonó entre los asistentes y captó la atención de activistas, medios de comunicación y defensores de derechos humanos que participaron en el evento.
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