El ICE aplica Mobile Fortify, una app con IA que permite identificar inmigrantes en segundos sin contacto físico, alimentando debates sobre ética y privacidad.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos ha empezado a usar discretamente una nueva herramienta tecnológica con inteligencia artificial para identificar inmigrantes durante redadas. Se trata de Mobile Fortify, un sistema de reconocimiento facial y huellas dactilares que funciona desde un celular, sin necesidad de equipos adicionales ni contacto físico.
Desde el inicio de la presidencia de Donald Trump, el endurecimiento de las políticas migratorias ha sido una constante. A través de operativos más intensivos, detenciones prolongadas y restricciones a ciudadanos de múltiples países, su enfoque migratorio ha marcado la pauta para nuevas estrategias de control fronterizo. Ahora, la tecnología se convierte en una pieza central para reforzar esa vigilancia.
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El uso de Mobile Fortify desata cuestionamientos éticos
Según una investigación publicada por 404 Media, ICE ya habría implementado Mobile Fortify en distintos operativos, aunque sin anunciarlo públicamente. La aplicación permite realizar escaneos biométricos en tiempo real, simplemente con la cámara de un teléfono móvil, generando preocupación entre defensores de derechos humanos por la ausencia de regulaciones claras sobre su uso.
Una serie de correos filtrados y reportados por Wired evidencian que la División de Operaciones de Deportación y Control de Aduanas (ERO, por sus siglas en inglés) está empleando activamente esta herramienta. En uno de esos mensajes se describe cómo los agentes pueden verificar identidades sin necesidad de dispositivos externos, capturando imágenes faciales o huellas dactilares con tecnología sin contacto.
La base de datos del DHS respalda el sistema
Mobile Fortify no opera de forma aislada. Está vinculado directamente con varias bases de datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), como el Servicio de Verificación de Viajeros de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) y el Sistema Automatizado de Identificación Biométrica, que reúne información de más de 270 millones de personas.
Esta integración permite que, al capturar un dato biométrico, el sistema lo compare con registros oficiales mediante algoritmos de inteligencia artificial. El proceso, según ICE, se realiza en cuestión de segundos, lo que permite actuar rápidamente en medio de redadas y retenes migratorios.
Una política cada vez más tecnificada y menos transparente
Con esta nueva herramienta, la política migratoria estadounidense da un paso más hacia la automatización del control. Sin embargo, la falta de transparencia sobre cómo y cuándo se usa Mobile Fortify, así como la ausencia de garantías legales específicas para las personas sometidas a estos escaneos, ha generado alarma entre organizaciones civiles.
Para muchos expertos, el avance tecnológico debe ir acompañado de estrictos marcos éticos y legales que protejan los derechos fundamentales. De lo contrario, advierten, se corre el riesgo de que herramientas como Mobile Fortify sean utilizadas de manera indiscriminada y sin supervisión efectiva.
Mientras ICE continúa expandiendo su uso, el debate público sobre el equilibrio entre seguridad y derechos humanos se intensifica. La vigilancia sin contacto, impulsada por algoritmos, marca una nueva era para el control migratorio en Estados Unidos.