Inmigrantes en EE.UU. enfrentan decisiones clave ante ICE. Conoce qué implica firmar o no una orden de deportación y cómo puede afectar tu futuro migratorio.
Enfrentar una orden de deportación en Estados Unidos es una situación compleja para cualquier inmigrante. Uno de los momentos más delicados del proceso es decidir si se firma o no el documento que ordena la salida del país. Contrario a lo que muchos creen, negarse a firmar no detiene el proceso ni otorga beneficios automáticos. De hecho, puede resultar en consecuencias más graves, incluyendo la deportación inmediata y restricciones migratorias de largo plazo.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) emite estas órdenes y, aunque los firmantes aceptan su salida voluntaria del país, quienes se niegan a rubricarlas pueden quedar detenidos por tiempo indefinido. Según la organización Illinois Legal Aid, el rechazo sin respaldo legal puede ser un error costoso.
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Negarse a firmar no detiene el proceso
Uno de los principales riesgos de no firmar la orden de deportación es que el juez puede proceder con la deportación igualmente. Esto significa que, aunque el inmigrante no esté de acuerdo, puede recibir una prohibición definitiva para volver a ingresar a Estados Unidos. Además, se expone a ser retenido por un tiempo prolongado en centros de detención mientras se resuelve su situación.
La presión emocional y legal es alta. Aunque la persona tenga motivos para quedarse, la falta de asesoría jurídica puede hacer que tomar la decisión equivocada empeore su caso. Los expertos recomiendan no actuar sin el acompañamiento de un abogado especializado en inmigración.
El tiempo para salir de USA tras una orden de deportación es limitado
Una vez que se emite la orden, el inmigrante suele tener entre 60 y 90 días para abandonar el país, aunque este plazo puede variar dependiendo del criterio del juez o de ICE. En algunos casos, puede reducirse significativamente.
Si por razones médicas, familiares o legales no se puede cumplir con el plazo, es posible solicitar una prórroga o iniciar una apelación. Pero esto requiere acompañamiento legal oportuno. Ignorar o incumplir con la orden puede tener consecuencias permanentes, como inhabilitaciones para regresar al país o recibir beneficios migratorios futuros.
Qué implica firmar una orden de deportación voluntaria
Cuando un inmigrante firma la orden emitida por ICE, reconoce formalmente su salida del país. Aunque el proceso se vuelve más expedito, también se asume una serie de consecuencias que pueden afectar cualquier intento futuro de volver a Estados Unidos.
Entre las principales repercusiones se encuentra la prohibición de reingreso, que puede durar diez años o más. A ello se suma la posibilidad de que futuras solicitudes de visa o residencia sean rechazadas por el historial migratorio negativo, incluso si en el futuro cambian las circunstancias personales o políticas.
Frente a este panorama, los especialistas insisten en la importancia de no tomar decisiones apresuradas. Cada caso tiene particularidades que deben ser analizadas a profundidad con ayuda de profesionales legales capacitados. No se trata simplemente de firmar o no: se trata de conocer a fondo las consecuencias de cada paso en el proceso migratorio.
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