Los expertos neoyorquinos determinaron que correr descalzo produce menor estrés de impacto comparado con el calzado deportivo.
Los deportistas que corren utilizando zapatillas deportivas y tienden a apoyar el pie en el talón podrían sufrir un mayor riesgo de padecer lesiones que aquellos que lo hacen descalzos o jamás han utilizado calzado, según un estudio que publica esta semana la revista científica Nature.
Este informe elaborado por expertos de las universidades de Harvard y de la Stoney Brook University Medical Center, en Nueva York, determina que los corredores que se desplazan descalzos de manera habitual tienden a pisar apoyados en la parte delantera del pie o, en ocasiones, con el pie plano.
Tras emplear análisis kinemáticos y kinéticos, los investigadores observaron que aquellos que corrían sin calzado y se apoyaban en el antepie (empleando la técnica del forefoot strike, en inglés) generaban fuerzas de colisión menores que los que calzaban zapatillas deportivas y se apoyaban en los talones (rearfoot strike).
Por el contrario, se observó un estilo diferente en aquellos corredores que iban calzados y se apoyaban en el talón.
Los expertos determinaron que la manera de correr de una persona descalza elimina el shock del impacto y motivaba que esa práctica fuera más cómoda y minimizara el riesgo de sufrir lesiones relacionadas por el impacto.
En el estudio que publica Nature se recuerda cómo a lo largo de la historia de la evolución humana se aprecian las muchas adaptaciones experimentadas por el hombre a la hora de correr distancias largas mientras que las zapatillas deportivas datan desde 1970.
Los científicos advierten, no obstante, que todavía es necesario realizar más estudios para poder probar la hipótesis de que los corredores descalzos o con calzado mínimo registran tasas menores de lesiones. EFE
Este informe elaborado por expertos de las universidades de Harvard y de la Stoney Brook University Medical Center, en Nueva York, determina que los corredores que se desplazan descalzos de manera habitual tienden a pisar apoyados en la parte delantera del pie o, en ocasiones, con el pie plano.
Tras emplear análisis kinemáticos y kinéticos, los investigadores observaron que aquellos que corrían sin calzado y se apoyaban en el antepie (empleando la técnica del forefoot strike, en inglés) generaban fuerzas de colisión menores que los que calzaban zapatillas deportivas y se apoyaban en los talones (rearfoot strike).
Por el contrario, se observó un estilo diferente en aquellos corredores que iban calzados y se apoyaban en el talón.
Los expertos determinaron que la manera de correr de una persona descalza elimina el shock del impacto y motivaba que esa práctica fuera más cómoda y minimizara el riesgo de sufrir lesiones relacionadas por el impacto.
En el estudio que publica Nature se recuerda cómo a lo largo de la historia de la evolución humana se aprecian las muchas adaptaciones experimentadas por el hombre a la hora de correr distancias largas mientras que las zapatillas deportivas datan desde 1970.
Los científicos advierten, no obstante, que todavía es necesario realizar más estudios para poder probar la hipótesis de que los corredores descalzos o con calzado mínimo registran tasas menores de lesiones. EFE
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