Las transformaciones extremas son muy populares en el cine, pero pueden ser muy dañinas a futuro, advierte médico endocrinólogo.
El subir o bajar drásticamente de peso trae consecuencias en la parte externa de la piel, como estrías o celulitis, y trastornos psicológicos cuando no se logra la talla ideal.
En el mundo del cine se han visto muchos casos, en los que actores y actrices han recurrido a dietas extremas con grandes cantidades de calorías para tener esos kilos de más que le demanda el personaje que van a interpretar.
Un claro ejemplo es el actor británico Christian Bale, quien en el 2003 perdió 28 kilos para interpretar su papel en la película "El Maquinista". Para lograr una apariencia famélica comió diariamente y durante 3 meses una lata de atún y una manzana.
En el 2014 Bale volvió a sorprender con otra drástica transformación. Para el filme American Hustle, tuvo que engordar 40 kilos, llegando a pesar 103 kilogramos.
A esta práctica han recurrido otras estrellas de Hollywood, tanto mujeres como varones, y la reacción ha sido de total asombro.
Factores de riesgo
"Yo entiendo que por hacer una película o algún tipo de filmación puedan hacer esto una vez, pero esto se ve en la parte clínica. Estas subidas y bajadas son muy dañinas para el paciente, porque altera su metabolismo y se desarrollan enfermedades", advierte el médico endocrinólogo Walter Ponciano en conversación con RPP Noticias.
El especialista explica que son factores de riesgo, si la persona que se somete a estos estrictos regímenes para lograr una delgadez extrema o el sobrepeso, tiene antecedentes familiares de hipertensión, diabetes, dislipidemia o hígado graso.
Con estos antecedentes, la persona puede desarrollar otros problemas en la vista, psicológicos, cardiovasculares, Alzheimer o cáncer, que está muy asociado a subir de peso.
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