El "Rey del pop" falleció por una intoxicación grave de este potente analgésico. Según experto inyectarse uno mismo no parece posible pues se pierde el conocimiento muy rápidamente.
El 25 de junio 2009 la estrella del pop Michael Jackson falleció por una sobredosis de medicamentos, particularmente por una "intoxicación grave" de propofol (potente a anestésico utilizado por Jackson como somnífero).
El fármaco le fue administrado por el doctor Conrad Murray, quien comparece en la corte hoy martes.
En entrevista brindada a la agencia AFP poco después del fallecimiento de Michael Jackson, el profesor François Chast, director de Farmacología en el hospital parisino Hotel-Dieu, señaló que esta sustancia "no tiene nada que hacer en una casa, excepto que esté equipada con una sala de operaciones".
"Este producto se administra por vía intravenosa y la anestesia dura mientras la administración del fármaco continúa", explicó Chast.
Señaló también que la instalación y la regulación de una jeringa eléctrica supone la presencia de una segunda persona y que inyectársela a sí mismo no parece posible pues "muy rápidamente se pierde el conocimiento".
Según dijo el experto a AFP, el propofol es utilizado en cirugía ambulatoria, como complemento de anestesias locales o sedante para algunos exámenes como endoscopías y en cuidados intensivos, para aliviar el dolor y la ansiedad.
Tampoco se descarta, según el médico, la utilización del propofol como sedativo en situaciones de falta de medicamentos.
La sobredosis causa depresión respiratoria y cardiovascular, pudiendo acarrear un paro cardiaco. El consumo paralelo de otros analgésicos puede aumentar los riesgos de ataques al corazón.
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