Apagón en Venezuela afecta a personas cuya economía depende de un antiguo videojuego

La situación en Venezuela es dramática. El colapso económico del otrora país petrolero ha hecho que millones de venezolanos realicen un éxodo masivo de su nación hacia el resto de los países latinoamericanos debido a la escasez de bienes esenciales como alimento, además de altos índices de desempleo. Sin embargo, aún muchas personas están buscando la forma de seguir adelante sin salir del país y están encontrando formas pocas comunes para hacerlo: videojuegos.

Este no es el caso de los llamados ciberatletas o profesionales de los esports. Usuarios venezolanos están jugando RuneScape, un antiguo juego multijugador online masivo que funciona en computadoras con muy bajas especificaciones y con una conexión mínima de internet, condiciones normales en la Venezuela de hoy.

Desde la publicación de un reportaje de Kotaku de hace dos años, se conoce que decenas de venezolanos se han unido a los servidores aún vigentes de Old School RuneScape (2001) para realizar lo que se llama internamente el “farmeo de oro”, una técnica que explota las formas de ganar dinero ficticio dentro del juego para llegar a cifras escandalosas que pueden ser intercambiadas en la vida real por dólares. Como en muchos otros títulos de rol, RuneScape ha generado una economía interna que se puede traducir en dólares en la vida real. El RuneScape Grand Exchange se convirtió en un mercado de materiales y oro interno y dio inicio al boom de las monedas virtuales como bitcoins. 

Según los entrevistados, mediante este método los jugadores pueden ganar entre 200 mil a 250 mil bolívares venezolanos, equivalente a 15 o 20 dólares por semana. Dicho monto no puede ser demasiado en condiciones normales, pero duplica y hasta triplica el fluctuante salario mensual actual en el país.

“A diferencia del Bitcoin, el oro de Runescape es totalmente controlado por una entidad centralizada. Jagex (desarrolladores del videojuego) pueden meter tanto oro como haga falta en la economía y su precio se seguirá basando en la demanda del jugador en el mercado negro. Lo que es sorprendente es que una moneda virtual tiene más estabilidad que las de un gobierno socialista”, mencionó un usuario del foro Steemit cuando resumía este accionar.

Sin embargo, esta práctica es condenada por la comunidad internacional del videojuego. El farmeo era de esas primeras prohibiciones en los servidores, pero ante la crítica situación en la que viven los jugadores venezolanos, se ha tenido que regularizar para favorecerlos. Los jugadores de otros países han aprendido a convivir con los jugadores venezolanos, a los únicos que se les acepta esta práctica.

El apagón en el país y su impacto real

Desde inicios de marzo se denunció un apagón general en Venezuela. Pues, esta situación afectó de sobremanera a RuneScape, ya que los objetos comercializados en el juego a tasas menores no podían ser comprados porque los jugadores venezolanos no se conectaban para crearlos ni buscarlos, así que empezaron a subir estrepitosamente su valor hasta en un 70% porque la demanda se mantenía, pero la oferta era escasa. Esta situación, más allá de denegar el ingreso a computadoras a los venezolanos, les quita su única forma de generar ingresos de manera rentable y mantener a sus familias en medio de la crisis.

El videojuego cuenta actualmente con 2 versiones: la Old School (con las características propias de sus primeros años de vida) y una versión moderna de RuneScape con actualizaciones mundiales constantes. Aunque su base de jugadores activos se haya visto disminuido considerablemente, es considerado aún como uno de los más grandes juegos de rol de la historia, solo detrás de World of Warcraft. Su participación en Twitch así lo demuestra: se encuentra entre los 20 primeros juegos más relevantes y entre los 40 más vistos.

¿Juegas o has jugado RuneScape? 

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