En Progamer tuvimos la oportunidad de jugar 'Tails of Iron', la propuesta RPG de Odd Bug Studio y United Label que se lanza en multiplataforma este 17 de septiembre. ¿Uno de los videojuegos revelación del año?
Los videojuegos independientes son la verdadera esperanza de la industria. Trabajo a trabajo se han ganado un espacio en este mercado competitivo y, más allá de los objetivos financieros, logran ser recordados por su autenticidad. Y este es el caso de Tails of Iron.
Desarrollado por el estudio Odd Bug Studio y distribuido por United Label, hemos tenido en reseña este RPG de acción en 2D desde una semana antes de su lanzamiento y nos ha enganchado para bien, regalándonos un promedio de 15 horas de diversión (y sufrimiento).
Sin embargo, quiero decir previamente que mi experiencia se vio empañada por un crasheo que afectó a mi partida. A un 80% avanzado (o incluso más), llegó una nueva actualización del firmware de PlayStation. Esta, al parecer, ha hecho que mi recorrido se estanque, bugeando al personaje principal a varios lugares de guardado atrás de donde estaba, y sin posibilidad de avanzar o retroceder.
Antes de descubrir en foros que el parche estaba provocando errores similares en las consolas PS4 de otros usuarios, me comuniqué con Odd Bug Studio, ya que hubo una actualización del juego dos días antes del lanzamiento para mejorar el framerate en consola. Ante mi duda si es que este update estaba causando la situación, el estudio británico respondió amablemente mi mensaje y accedieron a revisar mis datos guardados para finalizar la historia.
El suceso, en caliente, puede haber empañado mi experiencia, pero, con la posibilidad de responsabilidad de la actualización de la propia consola, realizo esta reseña con lo visto y lo jugado de manera previa.
Jugado en una PS4 Slim.
Historia
Esta historia está llena de ratas y ranas. Leía por ahí que a uno de los desarrolladores de Odd Bug Studio le fascinaban este tipo de mascotas, por lo que es entendible la elección de las primeras como protagonistas de la obra.
En el título interpretamos a Redgi, un joven príncipe heredero al trono, quién debe pelear con su hermano para ver quién se queda con la corona de su padre en el reino, uno que ha estado en lucha incansable contra las tropas ranudas de Verruga Verde.
El juego nos explica cómo Redgi asume el liderazgo ante la estampida de las ranas, quienes han venido a reclamar el territorio. La rata crece, no solo en habilidades como un RPG, sino en personalidad, pasando de ser un temeroso a un líder aguerrido que se esfuerza en el mayor reto de su vida para los suyos.
El desenvolvimiento de los acontecimientos no es frenético, sino que es un arquetipo medieval fantástico: caída, ascenso y triunfo. No esperemos grandes giros a la trama, pero sí una contada de manera aceptable, con solidez en sus ideas.
Mención aparte merece la narración. Tails of Iron es contado por un cuentacuentos y lo reconoceremos ni bien lo escuchemos: Doug Cockle, la voz en inglés Geralt de Rivia en los videojuegos de The Witcher. Tal potencia en el doblaje hará que el juego solo tenga audio en el idioma anglosajón, pero con subtítulos en la parte inferior. Pese a ello, el resto de menús sí puede ser configurado en nuestro idioma. Escuchar a Geralt, de por sí, aumenta la "epicidad" del relato.
Las ratas en el juego se comunican con una especie de chillidos que, si prestamos atención, tienen un aire a las flautas de Hamelin, en referencia al histórico cuento. Pese a ello, el sonido puede resultar molesto con el tiempo, por lo que podría terminar restando más que sumando.
Aunque en el camino tengamos compañeros secundarios que cumplen su rol en la historia, estos no terminan siendo explotados como recursos narrativos como tal. Pudieron sumar más.
Mientras más avances la historia, mejor entenderás la importancia del reino y del papel de Redgi en el contexto de caos. Asimismo, verás las consecuencias de las guerras, quizás de una muy profunda, pero sí puesta en relevancia, con seres vivos, en este casos animales con raciocinio y emociones, siendo víctimas de los combates. Como rey, eres responsable de sus muertes y, por ello, tienes que traer la paz.
Jugabilidad
Tails of Iron no descubre la rueda, sino que sirve como una especie de homenaje a otras entregas que van desde Hollow Knight y hasta de Dark Souls y, claro está, le añade particularidades.
Es un título que, pese a su apariencia, fuerza al jugador al ensayo-error, con una dificultad moderada que castiga descuidos durante las peleas. Los bichos, como larvas, mosquitos o las propias ranas, tienen una secuencia de ataques, los cuales deberás conocer para evitar perder vida. Hasta los enemigos más simples, si te equivocas, te pueden llegar a ejecutar.
Aprender a golpear será importante, pero más importante será el saber esquivar y el saber defender para desposicionar al enemigo. Ahí está la clave de cuánto demoraremos en sobrepasar la historia.
En el camino, tenemos hasta 3 accesorios de ataque. El básico es una combinación de escudo y espada/lanza/hacha, los cuales son arrojados por nuestros enemigos cuando los derrotamos y que irán mejorando en el camino.
El segundo es un arma a doble mano, el cual también puede ser espada/lanza/hacha. Su uso no se limita al combate, sino también para descubrir nuevos recorridos destruyendo puertas o matorrales.
El tercero es un arco o ballesta, que nos puede salvar en el caso de estar a un golpe de la muerte y nos brinda la posibilidad de atacar a distancia sin exponernos al castigo. Todos los ataques se ven potenciado con el veneno, el cual puede crearse o encontrarse.
Así como se encuentran mejores armas, también se cuentan con mejores armaduras, las cuales se basan en pechera y casco. Es la primera la única que tendrá subtipos, las cuales servirán de protección para cada tipo de enemigo que encontremos y que podremos cambiar antes de cada reto mayor.
Precisamente sobre eso, Tails of Iron cuenta con especie de refugios en el mapa, los cuales, en su mayoría, anteceden a jefes finales. En ellas se puede recargar nuestras bebidas, las cuales nos curan de los ataques, cambiar de armaduras y armas, recargar nuestras flechas y, principalmente, guardar nuestras partidas.
Lo bello del juego en cuanto a jugabilidad son sus bosses. Pese a que algunos de ellos pueden ser algo repetitivos en ataques, son un sufrimiento para el jugador. Simplemente el primero, que aparece a la media hora o 45 minutos de partida, te hará sufrir. Uno de mis preferidos, por su dificultad, fue el rey Mosquito. Ganar a cada uno de ellos es una pequeña victoria en el alma.
El mapa es lineal y está dividido en 6 zonas, cada una con secretos, refugios, zonas de combate y sus jefes repartidos. Para cambiar entre zonas, deberemos usar una especie de centro de viaje, con una pantalla de carga de algunos segundos.
En un momento llegué a pensar que las misiones secundarias, que nos dan oro para cumplir una serie de misiones principales, no justifican su nombre si eran necesarias de hacer sí o sí. Sin embargo, en algunas zonas sí llega a haber un par de ellas opcionales, aunque sin mayor desencadenante final. Incluso algunas de ellas tienen referencias claras a la lucha libre y el gesto se agradece.
Apartado técnico
La mejor de los 3 secciones. Visualmente, Tails of Iron es único, con gráficos que, literalmente, fueron dibujado a manos en cada escena. Puedes detenerte en tu camino y observará que, además del camino por donde recorres, el fondo está lleno de detalles, de movimiento, de vida.
Las animaciones acompañan perfectamente este punto, con algunas parecidas a las de Paper Mario y que terminan encadenándose perfectamente.
El soundtrack nos hace pensar en el medioevo, con un instrumental que acompaña y simpatiza con la historia y las emociones que debemos experimentar: resalta los combates y profundiza el contexto de guerra por el que estamos pasando.
Aunque el juego corría a 30 fotogramas por segundo, un parche dos días antes del lanzamiento actualizó el framerate a 60, lo justo para este juego. Independienteme del crasheo contado en los primeros párrafos, nunca se me congeló el juego, las pantallas de carga son muy pocas, por lo que el disfrute es fluido.
Conclusiones
Hasta el punto avanzado al que logré llegar antes de la corrupción de la partida, debo decir que Tails of Iron es una propuesta sólida, con nombre propio y con una estética que atrapa desde el primer momento. Aunque, ciertamente, no es innovador en mucha de su jugabilidad, el poder controlar a la perfección a nuestro personaje es todo un desafío y cada jefe final hará que reniegues, pero a la vez, goces de satisfacción al intentar derrotarlo. El apartado visual cuenta con personalidad propia y nuestro pequeño rey Ridge logrará ganarse el corazón del jugador. La sensación final es más que aceptable y a los amantes de este tipo de juegos les encantará. Y en el caso de que no lo seas, este título podría convertirte en uno.
Reseña realizada con una copia entregada por los estudios desarrolladores. El juego sale a la venta este 17 de septiembre para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S, Nintendo Switch y PC.
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