Entre los aviones descubiertos se encontraban el TBF, el TBM Avenger, el Douglas SBD Dauntless y el F4U Corsair.
Brandi Mueller es un instructor de buceo y fotógrafo subacuático. Constantemente se encuentra con grandes pedazos de escombros de metal esparcidos por los fondos del océano Pacífico. En un principio pensó que su origen era un naufragio pero al continuar explorando halló un cementerio de aviones que participaron en la Segunda Guerra Mundial.
La Página OMG Check it Out cuenta que este ex empleado de la guardia costera siguió sumergiéndose en las profundidades del mar hasta hallar aviones que no podían haber sido derribados durante combate. El fuselaje no presentaba heridas de bala o estaban destrozados por el impacto contra el agua. Estaban casi completos.
Tras continuar su exploración finalmente ‘desenterró’ unos asombrosos 100 aviones caídos a cinco millas de la costa del Roi-Namur de las Islas Marshall.
“Tomó algo de tiempo y de excavación (tanto literal como figurativamente), pero Mueller descubrió que los aviones eran aviones excedentes de las fuerzas armadas estadounidenses que se hundieron después de derrotar a Japón en la Segunda Guerra Mundial”, cita el mencionado sitio web.
La mayoría de los descubrimientos de Mueller se encontraron a unos 150 pies bajo el mar.
Entre los aviones descubiertos se encontraban el TBF, el TBM Avenger, el Douglas SBD Dauntless y el F4U Corsair. La mayoría de ellos solo se habían fabricado en la década de 1940, y por lo tanto eran bastante nuevos cuando se sumergieron bajo el mar.
Lo que Mueller aún no entiende es por qué Estados Unidos hundiría más de 150 buenos aviones.
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