Los discapacitados mentales eran obligados a trabajar en una fábrica china que producía arena y talco, sin percibir salario ni llevar mascarillas.
La Policía china detuvo al responsable de un centro psiquiátrico en el suroeste del país después de que supuestamente vendiera a sus pacientes a una fábrica para trabajar sin remuneración, informaron hoy las autoridades locales.
El detenido, Zeng Lingquan, es sospechoso de haber vendido como esclavos a discapacitados mentales acogidos en su centro en Quxian (provincia de Sichuan) a una fábrica de arena de cuarzo y talco en el distrito de Toksun, en la región musulmana occidental de Xinjiang.
El responsable del equipo policial encargado de la investigación, Xu Jiajun, señaló a la agencia de noticias Xinhua que un grupo de doce efectivos de Quxian se ha desplazado a Xinjiang para liberar a las víctimas de este nuevo escándalo por esclavitud en las manufacturas chinas.
Por su parte el dueño de la fábrica, Li Xinglin, se escapó el domingo a Sichuan llevándose consigo a una docena de discapacitados mentales que trabajaban para él, informó el secretario del Partido en Toksun, Yang Jin.
La factoría, llamada Jiaersi Green Construction Material Chemical Factory, ha sido cerrada por las autoridades locales, que se mantienen en contacto con las de Sichuan para detener a Li, cuya esposa se encuentra ya bajo custodia policial.
Jiaersi ocupa una superficie de 6.667 metros cuadrados y produce arena de cuarzo y polvos de talco, entre otros productos, según Xinhua.
Este nuevo escándalo de esclavitud lo destapó un diario local, el Xinjiang Metropolis News, que tras recibir un aviso de que Jiaersi estaba obligando a trabajar a enfermos mentales envió a unos reporteros a entrevistar al dueño con la excusa de realizar un reportaje sobre contaminación ambiental.
Según ese rotativo, a los obreros de Jiaersi, que había sido registrada en julio de 2006, no se les pagaba un salario que en otras plantas de la zona era de mas de 150 yuanes al día (22,5 dólares o 16,7 euros) ni se les proporcionaba mascarillas de protección como estipula la ley de seguridad laboral.
El propio dueño, Li Xingin, señaló al diario que los trabajadores provenían de un centro de acogida para mendigos en Quxian, dirigido por Zeng Lingquan y que en realidad acogía a discapacitados para su adopción.
En 2007 las asociaciones de padres de niños desaparecidos desvelaron que cientos de ellos habían sido vendidos como esclavos en fábricas de ladrillos, que también esclavizaban a retrasados mentales, un caso que conmocionó a la sociedad china.
-EFE-
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