La recluta, que realiza el servicio militar obligatorio, ha sido confinada a 21 días en el cuartel por haberse sometido a la operación sin el consentimiento de sus superiores.
El Ejército israelí ha confinado 21 días en el cuartel a una soldado que realiza el servicio militar obligatorio por haberse sometido a una operación para agrandar los pechos sin recibir el consentimiento de sus superiores.
El caso, del que da cuenta la edición digital del diario Yediot Aharonot, ocurrió en una base del sur del país en la que presta servicio en una unidad terrestre.
La recluta, cuya identidad no se ha dado a conocer, había pedido hace meses el permiso de sus comandantes para someterse a la cirugía pero éstos se lo denegaron por considerar que no era necesaria y perjudicaría a su especial trabajo, ya que exigía una recuperación de varias semanas que le impediría realizar su misión.
"Según la regulación militar, los tratamientos médicos electivos requieren la autorización del comandante y de los profesionales del Cuerpo Médico", señalaron fuentes militares al alegar que no podían prescindir de ella durante semanas.
La soldado se sometió a la operación quirúrgica durante unas cortas vacaciones durante la festividad del Pesaj (Pascua judía, a principios de abril) con un cirujano privado y sin conocimiento del Ejército.
A su regreso, y tras percatarse del cambio estético, un oficial con rango de teniente coronel la sometió a juicio disciplinario por "no cumplir órdenes de comandantes" y con la acusación de "haber causado daño a propiedad militar".
Este último es el argumento que el Ejército israelí suele esgrimir contra soldados que llegan a infligirse a sí mismos daños físicos menores para conseguir el parte médico que les permite salir de la base y quedarse en casa durante varios días.
EFE
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