Tras encontrar calaveras con estacan en sus pechos, ahora los arqueólogos han hallado un cadáver enterrado con una bolsita con 30 monedas de plata.
Los arqueólogos búlgaros se han unido definitivamente a la actual moda de los vampiros con el anuncio del descubrimiento de una nueva tumba en la que su ocupante recibió un tratamiento especial para evitar que regresara de entre los muertos.
Así lo anunció hoy en la radio estatal BNR, el arqueólogo Nikolay Ovcharov, cuyo grupo científico localizó el pasado fin de semana en una iglesia en Veliko Tarnovo un cadáver que había sido enterrado con una bolsita con 30 monedas de plata "con las que pagar el transporte al más allá".
"Tenía también las extremidades atadas, para que no escapara de la tumba", explicó Ovcharov, quien recordó que estos tratamientos, o el de clavar un hierro en el pecho, se usaban en esta región en la Edad Media para que el muerto no volviera al mundo de los vivos.
El experto aclaró que estos ritos no se practicaban porque el fallecido hubiera sido malvado en vida, sino para evitar el riesgo de transformarse en vampiro.
Por otra parte, el director del Museo Nacional de Historia, Bozhidar Dimitrov, anunció hoy que el "vampiro" encontrado el pasado 5 de junio en Sozopol, a orillas del Mar Negro, ha sido trasladado a Sofía, donde será expuesto en breve.
Se trata de un cadáver, del siglo VIII o IX, que fue encontrado con una pieza de hierro de un arado clavada en el pecho.
"Entre fuertes medidas de seguridad y para gran alivio de las abuelas en Sozopol, el esqueleto del vampiro ha sido trasladado el domingo en el Museo Nacional de Historia", declaró en tono de humor Dimitrov.
EFE
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