Actualmente la isla es refugio de vida salvaje y está protegida por el gobierno de los Estados Unidos.
No Mans Land o Tierra de Nadie es una hermosa isla de 2,48 km2 de tamaño, ubicada en el condado de Dukes, Massachusetts, en Estados Unidos. Pero nadie, por más dinero que tenga en sus cuentas bancarias, puede vivir ahí, así quisiera. Si lo hace es probable que muera.
Según reseña el portal Gizmodo, este pedazo de tierra sólo alberga vida animal salvaje por estar plagada de bombas y munición sin detonar. Por esa razón las autoridades militares han prohibido el ingreso de personas o curiosos.
¿Siempre fue una isla inaccesible? Pues no. La historia en torno a este lugar se remonta a 1602, cuando la exploración del buque británico Concord, con el capitán Bartholomew Gosnold al mando, llegó a la zona.
“Varios siglos después, entre noviembre de 1942 y mayo de 1944, la Marina de Estados Unidos construyó un campo de aviación en el extremo sur de la isla en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces fue utilizada como campo de entrenamiento”, señala la publicación.
En No Mans Land se realizaron pruebas de bombarderos, quienes lanzaron (entre otros) bombas Mark 82 sobre la zona a modo de práctica. Durante 53 años la isla tuvo este único cometido.
Pero en 1996 se dejaron de realizar esta y otras prácticas con bombas. A partir de entonces, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre en el país se hizo cargo. Durante tres años trataron de limpiar toda su extensión, pero aún hay muchas bombas sin desactivar.
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