Los botellones Tide se venden al público por unos 15 dólares, pero los ladrones los negocian en el mercado negro entre 5 y 9 dólares.
Decenas de establecimientos de cinco estados de EE.UU. se han quejado de que los ladrones están cargando con centenares de botellones de tres litros de detergente líquido para lavar ropa. Pero el asunto no queda ahí: sucede que es siempre el mismo y está considerado el mejor del mercado, el Tide.
Autoridades estadounidenses expresan su preocupación y sorpresa por los sucesos; sin embargo, no logran comprender lo que está pasando. Sólo saben que el detergente ha aparecido casualmente en manos de algunos narcotraficantes, pero no han logrado determinar si lo usan como ingrediente en una nueva droga artificial o como moneda de cambio para la venta y compra de drogas, como sugieren algunos agentes.
Precisamente, para corroborar estas conjeturas, autoridades revelaron que durante una investigación reciente relacionada con el narcotráfico en el área metropolitana de Washington D.C., un agente encubierto se presentó en la residencia de un traficante para comprar cocaína, pero éste le ofreció botellones de Tide.
"Es un misterio por qué están robando solo el Tide y no otro detergente", dijo a la prensa local el jefe de policía, Bud Shaver. "Me pregunto por qué el Tide y no otro tipo de detergente, algo coreano o de otra marca. Es desconcertante", agregó.
Asimismo, los fabricantes del Tide tampoco tienen idea de lo que está sucede. Para ellos la explicación es menos compleja. "Somos líder en el mercado desde que lanzamos el producto hace 65 años. La gente ha usado el Tide de generación en generación", dijo Sarah Pasquinucci, portavoz de la Procter&Gamble, la empresa que fabrica el detergente.
Los robos han sido detectados desde Nueva York hasta Oregon. El caso más desconcertante es de Patrick Constanzo, arrestado hace dos semanas en West St. Paul, estado de Minnesota, y acusado de dedicarse al robo de botellones de Tide en los últimos 15 meses. Todo valorado en 25.000 dólares.
Los botellones se venden al público por unos 15 dólares, pero los ladrones los negocian en el mercado negro entre 5 y 9 dólares.
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