Autoridades neozelandesas confiaron un buen puesto de espionaje a un charlatán que mintió al asegurar que había participado en la Guerra de las Malvinas y el Golfo.
Un científico que inventó un pasado como espía amenazado por el IRA, piloto de combate, músico y atleta olímpico engatusó durante un lustro al servicio de inteligencia de Nueva Zelanda.
El primer ministro neozelandés, John Key, admitió hoy que el Departamento de Defensa fue negligente en su proceso de evaluación al contratar y luego dar un cargo de responsabilidad a Stephen Wilce, director de la unidad de investigación científica militar desde 2005 hasta que dimitió en septiembre de año pasado.
Key divulgó el resultado de las pesquisas mientras el caso está en manos de la Policía y el científico en libertad, aunque oculto, desde que la prensa local comenzó a poner en entredicho su bagaje científico y en un programa de la televisión se le tildara de mentiroso compulsivo.
¿Quién es Stephen Wilce?
Wilce, diplomado en electrónica por el Colegio Técnico de Coventry y quien cursó un master en el Instituto Tecnológico de Cranfield, también del Reino Unido, manejó información clasificada sobre la aplicación militar de los avances registrados en los campos de la ciencia y tecnología.
El científico, nacido en el Reino Unido, expuso al presentarse para desempeñar el trabajo, que era doctor en Astrofísica por la Universidad de Cambridge y que participó en el diseño del sistema de vuelo controlado del misil nuclear Polaris durante la Guerra Fría.
En su ficha personal, Wilce añadió que perteneció a las fuerzas especiales británicas en las que sirvió como piloto de combate en las guerras de las Malvinas y la primera del Golfo, y aún fue más lejos, al citar en ese mismo documento que en su helicóptero militar llevó a bordo al príncipe Andrés de Inglaterra.
Todo era mentira
Tampoco Wilce fue agente del servicio de espionaje británico MI5, ni tomó parte en supuestas operaciones en Irlanda del Norte, ni el IRA le quiso asesinar, como hizo creer en su historial profesional, y según revela la investigación oficial.
Ese ficticio pasado también lo aderezó con otras fantasías, como la de que fue jugador profesional de la liga de rugby en Gales y participó en el equipo inglés de "bobsleigh" que compitió en los Juegos Olímpicos de Invierno en Calgary 1988 contra Jamaica, un hito retratado en la película "Cool Runnings" (1993).
"Les conocí a todos. Esos jamaicanas estaban absolutamente chiflados", comentó a un reportero que le grabó con una cámara oculta para el programa "60 Minutes" del canal neozelandés TV3.
Antes de que fuera desenmascarado, Wilce todavía mantenía que había sido capitán del equipo de natación de la Armada británica y guitarrista de un grupo de música folk en el Reino Unido.
La emisión del reportaje de televisión sorprendió al Departamento de Defensa, que acto seguido abrió una investigación sobre Wilce.
El informe presentado ante la prensa por el jefe del Gobierno apuntó que el proceso de evaluación "falló en cuanto a que ignoró procedimientos de garantía básicos en cualquier organización profesional de seguridad", y recomendó endurecer estos controles para que casos como éste no se repitan.
"Cuando lo juntas todo y te das cuenta, realmente es muy, muy embarazoso", indicó el jefe de las Fuerzas Armadas de Nueva Zelanda, general Jerry Mataparae.
Confiaban en él
El jefe militar reconoció que hubo negligencia, aunque resaltó que Wilce fabricó un expediente tan completo que parecía legítimo y que las falsedades que contenía no pusieron en riesgo la seguridad nacional.
Sin embargo, no haber supervisado su currículum al contratarle "daña la reputación de los servicios de inteligencia de Nueva Zelanda y a todo el personal que trabajó bajo mando de este farsante", lamentó.
Wilce confesó a los investigadores que siempre fue un charlatán desde su niñez y no puede evitar contar fantasías, algo de lo que sí se dieron cuenta en sus anteriores trabajos pero que pasó desapercibido para los espías neozelandeses.
Un antiguo jefe -según la investigación- comparó la desbordante fantasía de Wilces con la del personaje de la novela de ficción de James Thurber, "La vida secreta de Walter Mitty".
EFE
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