El panel de tres jueces defendió la legalidad de la prohibición del uso de "Alá" impuesta en 2009 por el Ejecutivo al semanario "Herald" en su versión en lengua malaya.
El tribunal de apelación de Malasia negó este lunes a un periódico católico el permiso para utilizar la palabra "Alá" para referirse a "Dios", tras aceptar un recurso del Gobierno del país contra una sentencia anterior del Tribunal Supremo.
El panel de tres jueces defendió la legalidad de la prohibición del uso de "Alá" impuesta en 2009 por el Ejecutivo al semanario "Herald" en su versión en lengua malaya e invalidó el permiso dado ese mismo año por el alto tribunal.
El Supremo dio hace cuatro años la razón al rotativo católico, que denunció la violación de sus derechos constitucionales por parte del Gobierno, lo que provocó una oleada de violencia contra iglesias cristianas por parte de grupos radicales.
"Consideramos que el nombre de Alá no forma parte integral de la fe y la práctica cristina, por lo que no encontramos justificación a por qué insisten en utilizar la palabra en su publicación", dijo el juez Mohamed Apandi Ali en la lectura del fallo.
"Este uso, de permitirse, causaría confusión entre la comunidad (...). El bienestar de un individuo o de un grupo debe acomodares al interés del conjunto de la sociedad", añadió Apandi, según el portal "The Malaysia Insider".
El uso de la palabra "Alá" por los cristianos malasios e indonesios se remonta a la traducción del hebreo "Elohim" (Dios) como "Alá" en la versión malaya de la Biblia por el misionero Francisco Javier, quien viajó por tierras asiáticas en el siglo XVI.
El enviado del Vaticano en Malasia, el arzobispo Joseph Marino, tuvo que pedir disculpas a las autoridades malasias tras declararse en julio a favor de que los cristianos puedan utilizar "Alá" en sus biblias o textos religiosos.
Cerca del 60 por ciento de los 28 millones de malasios practica el islam, en su mayoría moderado, mientras que el resto profesa el budismo (19%), cristianismo (9%), hinduismo (6%), taoísmo (2,6%) y religiones minoritarias.
EFE
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