Especialista explica los problemas que acarrean los conocidos plagios en alumnos, mal hábito que suele iniciarse en la adolescencia. Sepa qué valores debe reforzar a su hijo desde pequeño.
A primera impresión un plagio puede parecer un acto sin mayores consecuencias, pero copiar expresa una falta de sinceridad, un autoengaño y sobre todo la costumbre de ir por el lado fácil. Así lo señaló la psicóloga educacional Alicia Otero.
Para Otero son tres los principales peligros de copiar. El primero es que el valor de la honestidad y de la verdad comienzan a no ser tan importantes. “Con el plagio uno empieza a acostumbrarse a no ser honesto en las pequeñas situaciones”, advirtió.
También explicó que cuando un alumno copia, se acostumbra a solucionar los problemas de la manera más simple. “Hoy plagio en un examen y mañana le miento a mi mamá y me arriesgo a algo peligroso para solucionar las cosas de ‘la mejor’ forma”, señaló.
Finalmente, se vulnera el valor de la obediencia. “Los adolescentes piensan que que si no están de acuerdo con algo no tienen por qué cumplirlo, cuando vivimos en una sociedad donde las normas contextualizan los diferentes ambientes donde nos movemos” expresó.
“Como padres y maestros, es importante no ver el plagio como algo que no importa porque todo el mundo lo hace ni tampoco como algo terrible. Pero es importante dejar claro y con firmeza que está mal, que no es la forma de aprobar un curso”, dijo Otero.
Adolescencia: edad difícil
Para la experta, el plagio se hace más frecuente durante la adolescencia, época donde se van probando distintas conductas, se pulsea con la autoridad, se busca la forma mas fácil de llegar a obtener lo que uno quiere y se cuestionan las cosas.
“Necesitamos que ellos formen el valor de la honestidad, sinceridad, obediencia y esfuerzo detrás de la conducta. Para forjar el valor del esfuerzo será importante ayudarlos a trabajar no solo por la nota, sino para que las cosas salgan bien”, indicó.
Como padres y maestros es necesario reforzarles a los pequeños logros y esfuerzos. Estamos acostumbrados a reforzar el trabajo o nota final. Por ello, Otero recomendó acompañar a los jóvenes en el proceso para alcanzar sus objetivos y no solo en los resultados finales.
En cuanto a la obediencia, dijo que “la edad privilegiada para generar la semilla de la obediencia es de más pequeños”, y explicó que ésta no debe ser autoritaria ni vertical, sino basada en una buena relación de respeto donde se reconoce una figura de autoridad.
Asimismo, indicó que “la obediencia tiene que ir de la mano con una relación afectiva de algún tipo, porque sino se vuelve un autoritarismo, como algo impuesto y no como el valor que te ayuda en el crecimiento personal”.
Por ello, Otero manifestó que los padres y maestros tienen que darle la oportunidad al adolescente de que hable, se exprese, y hay que tomar en cuenta sus opiniones, Agregó que la disciplina no dege ser algo vertical.
Video recomendado
Comparte esta noticia