Nombres excéntricos están relacionados a tendencias neuróticas en hombres y mujeres.
Cuerpo y Alma
El nombre es uno de los muchos factores que ayudan a moldear el carácter de un niño y, en la adultez, es como una tarjeta de presentación que predispone, de alguna manera, lo que los otros pueden esperar.
Buscar el nombre de un bebé es uno de los momentos más esperados por los padres. Un regalo para toda la vida que puede condicionar la personalidad de una persona y las expectativas que los demás tienen sobre ellos.
El nombre es uno de las características más importantes de un ser humano. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, nombre es definido como la palabra que “designa o identifica seres animados e inanimados”. En Perú, los nombres más populares son Luis, para niños; Ana y Carmen, para niñas.
Y es que el nombre es uno de los muchos factores que ayudan a moldear el carácter de un niño y, en la adultez, es como una tarjeta de presentación que predispone, de alguna manera, lo que los otros pueden esperar.
Los estudios científicos alrededor de este tema concuerdan en que los nombres sencillos influyen en la estabilidad emocional de los niños, mientras que los excéntricos son más propensos a mostrar rasgos neuróticos.
Entre las primeras investigaciones alrededor de los nombres y su influencia en el carácter explican que “existe un disturbio emocional en los niños a los que les dan nombres difíciles de pronunciar o de naturaleza peculiar”.
La psicóloga Liliana Tuñoque explica que la identidad de un niño se construye durante los seis primeros años de edad y que si bien el nombre influye, otros son los factores que edifican la personalidad.
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Los estudios científicos alrededor de este tema concuerdan en que los nombres sencillos influyen en la estabilidad emocional de los niños.
“Si puede influir pero no es determinante, porque influyen otros factores a lo largo de la vida se van a ir dando. En la elección del nombre, yo recomiendo, que ambos padres estén de acuerdo y que elijan un nombre que ellos consideran que será el ideal para que lleven durante toda su vida”, añade la especialista.
Dos estudios publicados en The Journal of Social Psychology exponen que tanto varones como mujeres que tienen nombres raros o excéntricos, la mayoría nombrados como sus artistas o personajes favoritos al estilo de Shakespeare o James Bond, tienen mayor tendencia a padecer trastornos mentales que deforman el pensamiento racional. Caso contrario sucede con los nombres fáciles de pronunciar y más familiares a nuestra sociedad, que establecen un nexo más próximo.
“Son nombres que no están de acuerdo con la nacionalidad que tienen o la identidad cultural que poseen y de alguna u otra manera pueden traer en el futuro, no solo dificultades para pronunciar sino también dificultades para relacionarse con las demás personas”, comenta.
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Caso contrario sucede con los nombres fáciles de pronunciar y más familiares a nuestra sociedad, que establecen un nexo más próximo.
Dicha publicación explica también que los niños con nombres que suenan femeninos tienen algunos problemas de integración durante la vida escolar. Además, los nombres de niñas con cierta sonoridad masculina, tienen una tendencia a poseer una carrera profesional más exitosa.
En cuanto a los nombres usados en una misma familia, aseguran los especialistas, acentúan la timidez de la persona. Los diminutivos y sobrenombres usados pueden relacionarse a problemas de identidad y baja autoestima.
“Hay apodos que pueden ser muy cariñosos o sutiles, pero también hay apodos bruscos o fuertes que de alguna u otra manera predisponen a que la gente sea objeto de burla y si es el caso influye directamente en su autoestima, se vuelven inseguros, frágiles emocionalmente”, afirma Tuñoque.
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En cuanto a los nombres usados en una misma familia, aseguran los especialistas, acentúan la timidez de la persona.
Pero no solo algunas características en la personalidad se vinculan con el nombre, sino también con las expectativas académicas de los familiares y amigos. Un caso muy común sucede cuando se repite, de manera constante, el nombre en diversos miembros de la familia.
“El nombre está en función a la identidad de la persona. En familias donde hay, por ejemplo, cinco o seis Luis o Rosa, eso puede llevar a la confusión del niño. En esos casos, se recurre al uso del apodo o apelativo, para diferenciar. Sí es recomendable, desde el punto de vista psicológico, que en un escenario familiar se evite repetir el nombre para evitar problemas de identidad”, finaliza.
No lo olvide: al elejir el nombre para sus hijos, tenga en cuenta las recomendaciones de los especialistas: . El nombre será su primer contacto con los demás, su carta de presentación.
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