Incontinencia urinaria, cloasma y estrías son algunas de las molestias que sufren las madres luego de su etapa de gestación.
Entre el sistema urinario y el reproductivo, ocurren más de 10 cambios biológicos en la mujer luego de dar a luz. Los especialistas coinciden en que la mujer debe esforzarse en los ejercicios de psicoprofilaxis en la etapa de gestación y seguir al pie de la letra los consejos de un nutricionista para mantener un cuerpo saludable incluso con su bebé en brazos.
Según el ginecólogo y miembro de la Sociedad Peruana de Ginecología y Obstetricia Enrique Flint, los cambios en la mujer después del embarazo se dan en relación a su genética y a la dificultad en la que se desarrolló su parto, entre otras condicionantes.
“Algunos de los cambios físicos son el aumento de peso, la dificultad para regresar al peso anterior, la hinchazón de pies, el aumento de las medidas en las caderas y busto debido a la redistribución de grasa y la lactancia, la fragilidad en las uñas, la caída de cabello, la cloasma o manchas en el rostro, las estrías, la celulitis, las várices, los pequeños prolapsos, la incontinencia urinaria, el aumento del diámetro vaginal, etc.”, comenta el especialista.
La incontinencia urinaria podría durar unas semanas después del parto o toda la vida. Requiere de la asistencia de un ginecólogo, el cual probablemente indique tratamientos con hormonas, y ejercicios para fortalecer los músculos de la pelvis.
“Recordemos que la pelvis (los huesos) es como un embudo en donde están las arterias y venas que van a las piernas, el aparato urogenital, el sexual, pero el bebé es un ser que está dentro del útero que va a salir por ese mismo canal pélvico. Entonces, los tejidos que rodean la pelvis pueden perder su tono por el peso y los años”, explica el ginecólogo Urso Parra.
Una fase muy importante para la madre es el puerperio, en el que se recupera del parto. Dura aproximadamente seis semanas y se experimenta depresión gestacional. “Los casos extremos pueden llegar al suicidio o infanticidio. Esto es debido a la psicosis puerperal (o de posparto) por los cambios hormonales y otros problemas que llevan a la mujer a perder la cordura. A diferencia de otras patologías esto se puede pasar solo”, sostiene Parra.
Algunos de los síntomas que presenta la psicosis puerperal es alteraciones en el pensamiento, alucinaciones, ataques de ansiedad, no reconocer la realidad. La mayoría de madres experimentan depresión y estas señales se tratan de casos extremos que necesitan indicación.
¿CÓMO CUIDARSE?
La psicoprofilaxis es la clave para que una futura madre no incremente su peso. Usualmente, se trata de aprender a respirar, enfocarse en los ejercicios pélvicos, seguir el ritmo del día a día y no caer en el sedentarismo. Algunas madres hacen pilates o ejercicios con entrenadores personales.
Según la nutricionista Claudia Agüero, los órganos se acomodan para que el bebé tenga el mayor espacio posible y el útero pueda expandirse de la mejor manera, pero a la vez los músculos de la zona abdominal se estiran. “Si una mami quiere regresar a su estado natural, tiene que dar lactancia materna. Cuando ella lo hace el cuerpo se comienza a adaptar. Comienza a tener un desgaste de calorías bastante grande, lo cual ayuda a volver a su peso ideal o inicial.
Se recomienda utilizar fajas, que no son para disminuir grasas o bajar de peso, sino para organizar de nuevo los músculos abdominales y los órganos también. A la par es necesario seguir una dieta de proteínas, ya que el músculo está compuesto por estas. Adicionalmente, algunos carbohidratos complejos.
Algunos alimentos que se consumen para una dieta balanceada son la clara de huevo, el pollo, la pavita, los lácteos descremados como la leche light o el yogurt, el queso fresco (bajo en grasa y sal), las semillas de girasol, las pecanas, el ajonjolí y la linaza. “Se recomienda de 100 a 150 gramos de proteína por porción. Por ejemplo, en el almuerzo 100 gramos de pollo, desayuno 100 gramos de huevo, cena otros 100 gramos de pollo”, explica.
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