El asma es una enfermedad crónica, una respuesta del sistema inmunológico a un agente alergeno. Afecta principalmente a niños desde los 6 años de edad, sin embargo, puede presentarse en cualquier periodo de la vida, incluso en la etapa más madura. La asociación de los alimentos y el asma es antigua. En la época del sultán Saladino cuyo hijo padecía de cuadros bronquiales, ya se tenía una lista de alimentos perjudiciales y beneficiosos para esta condición.Existe relación entre el asma y los alimentos, por un lado puede ser un agente causante de crisis asmática y por otro lado puede ser un factor de riesgo para desarrollar asma.Factores de riesgoSe ha observado en diversos estudios que cuando las poblaciones tienen desarrollos industriales, la prevalencia de asma aumenta al parecer no solo, por la polución y contaminación del medio ambiente, sino por la ingesta de alimentos procesados que contienen conservantes, colorantes y otros aditivos alimentarios así como componentes que surgen a consecuencia del propio procesamiento, como los nitritos en carnes curadas y embutidos.En el 2009, en Cuernavaca - México, se hizo un estudio en 5460 escolares de entre 6 y 14 años de edad para evaluar la relación entre la dieta, el desarrollo de asma y la rinitis alérgica, se encontró que el consumo de comida rápida tuvo un efecto adverso sobre la sibilancia, mientras que el consumo de golosinas sobre más de tres episodios de sibilancia.La obesidad en sí misma es un factor de riesgo para el desarrollo de asma y al parecer el riesgo es mayor en mujeres obesas. Un estudio en población pediátrica mostró que las niñas de entre 6 y 11 años de edad que se volvían obesas o con sobrepeso, tenían 7 veces más riesgo de desarrollar asma. Mantener un peso saludable y una dieta balanceada son puntos de partida para la prevención del asma.De otro lado, está la clara relación de alimentos como factores desencadenantes de crisis asmática, motivo por el cual muchos padres de hijos asmáticos o los propios asmáticos viven en restricción de alimentos por miedo a una crisis. La lista de alimentos considerados más alergenos es amplia y mientras que unos asmáticos reaccionan a algunos de ellos, otros pueden reaccionar a otros no incluidos en la relación. Por eso, ellos deben identificarse y corroborarse con pruebas específicas que solicita el alergólogo, para determinar a qué se es alérgico. Por lo general lo primero que restringen son los frutos cítricos, sin embargo, hay muchos asmáticos que consumen cítricos sin problema.Entre los alimentos alergenos más comunes están: la leche de vaca, los cítricos, el chocolate, el huevo, el pescado, el trigo, la soya, el maní, los mariscos, entre otros; alimentos que pueden estar presentes en la dieta del niño desde los 6 meses de edad. Teniendo en cuenta que el asma la desarrolla quien tiene predisposición genética y factores de riesgo, todos estos alimentos deben postergarse en su introducción, que puede ser entre los 9 meses hasta el año de edad, tiempo en que el sistema respiratorio e inmunológico está más maduro o hasta que el pediatra lo indique. Cuando se decide incorporar estos alimentos a la dieta del niño, debe ser de forma gradual, observando cualquier reacción que pudiera presentarse.Nos damos cuenta que hay posibilidad de predisposición genética cuando el padre y/o madre tiene asma, rinitis alérgica o dermatitis atópica. Entre los factores de riesgo que podrían desencadenar una crisis se tiene:- Ambientes poco ventilados.- Alimentos considerados alergenos.- Polvo, ácaros.- Pelo o sustancias que emanan de las mascotas.- El estrés.- El humo del tabaco.- La polución.- Obesidad.- Aditivos alimentarios.A la fecha se han logrado importantes avances en el control y prevención de la crisis asmática. Actualmente una persona que vive con asma, recibe tratamiento médico adecuado y controla los factores de riesgo, tiene una calidad de vida normal. El paciente asmático debe realizar actividad física y puede practicar cualquier deporte, es falso que no pueda consumir helados o bebidas frías, aunque hay algunas personas susceptibles a los cambios de temperatura y la humedad, a las que sí podría afectarles bruscamente.